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Las plantas absorben la mayor parte del Nitrógeno en la forma de iones de amonio (NH4) o de nitrato (NO3). La absorción directa de urea puede ocurrir a través de la hojas y pequeñas cantidades de Nitrógeno son obtenidas de ciertos materiales como los aminoácidos solubles en agua. Con la excepción del arroz, la mayoría de los cultivos agronómicos absorben gran parte de su N en la forma de nitrato. Las investigaciones han demostrado que los cultivos utilizan cantidades considerables de amonio, si éste se encuentra en el suelo. Ciertos tipos de maiz tienen un requerimiento alto de N en forma de amonio, el cual ayuda a incrementar las cosechas. La razón de este alto rendimiento es que la reducción de nitrato en la planta requiere de energía ( el nitrato es reducido a amonio, y una vez dentro de la planta convertido en aminoácido ). Esta energía es suministrada por carbohidratos que pudieran ser utilizados de otra manera en la formación del grano. El Nitrógeno es necesario para la síntesis de la clorofila y, como parte de la molécula de clorofila, tiene un papel en el proceso de fotosíntesis. La falta de N y clorofila significa que el cultivo no utilizara la luz del sol como fuente de energía para llevar a cabo funciones esenciales como la absorción de nutrientes. El Nitrógeno es también un componenete de las vitaminas y sistemas de energía de la planta. |
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Las estadísticas son muy claras. Vivimos en un mundo hambriento de proteínas. La clave para la producción de proteínas es la fertilización Nitrogenada. El nitrógeno aumenta el comtenido de proteínas de las plantas en forma directa. Cantidades adecuadas de Potasio y Fósforo, especialmente el Potasio, mejora el uso que las plantas hacen de dosis altas de Nitrógeno para la obtención de proteínas. Las proteínas llegan a la mesa del hombre directamente a través de las plantas o de los animales, aves o pescado que han consumido plantas que contienen proteínas. |
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