PARA AQUELLOS QUE RODEAN A QUIEN HA PERDIDO UN HIJO.

Estimados amigos:

Alguien muy cercano a ustedes ha sufrido la muerte de su amado hijo. Es una situación sumamente difícil porque la mayoría de la gente nunca esperan que un bebé se muera y después de la pena inicial, no saben cómo interactuar con los padres afligidos.

Como madre de un bebé que murió recientemente, me gustaría mencionar algunas cosas que pueden ayudar a que la situación sea más fácil para ustedes y los padres afligidos:

1. Darse cuenta que el decir "Lo siento" en cualquier momento después de que el bebé ha muerto nunca es inapropiado ni demasiado tarde.

2. Comprender que ni la duración del embarazo ni la cantidad de tiempo que vive el bebé determina su valor ni el impacto que causa en la vida de sus padres. El ignorar lo que ha sucedido con la esperanza que la pena pasará es el disminuir el valor del bebé que fue amado desde el momento que se sabía de su existencia, mucho antes de su nacimiento.

3. Comprender que al igual que nadie puede reemplazar una mamá que muere, un bebé nuevo no puede reemplazar al bebé que ha muerto. Todos los niños son individuales, concebidos separadamente. No es diferente con un niño que muere antes, durante o poco después de nacer. No se puede ni debe esperar que un padre "guarde" el amor que le tenía a su bebé fallecido y dárselo al siguiente hijo. La habilidad de poder crear otro bebé no es una manera de resucitar a un niño muerto, por lo tanto, no debe considerarse un consuelo completo. No sólo es injusto para el niño fallecido, sino que hace del siguiente niño un substituto.

4. Si no se sienten cómodos hablando sobre la muerte del niño con los padres porque piensan que no quieren hablar sobre el asunto, no se sientan inhibidos. Simplemente el decir algo como "Sólo quiero que sepan que quiero escuchar si quieren hablar". Si no quieren hablar en ese momento, no piensen que nunca querrán hablar. Llamen frecuentemente para preguntar cómo están. Si viven cerca a los padres, tomen la iniciativa de reunirse a comer o alguna otra actividad (ofrezcan frecuentemente, pero no lo forcen). Dejen que los padres establezcan el paso pero muéstrenles constantemente de que están abiertos e interesados. Puede serles horripilante oír los detalles de la muerte, pero es mucho peor para los padres sufrir el trauma y luego tener que guardárselos porque miedo a molestar a alguien. Cuando les digan cómo se sienten, no hagan juicios ni establezcan fechas límites.

5. Comprendan que el bebé sigue siendo el producto del amor de los padres y la alegría de sus vidas. Hay alegría y dolor. La alegría no termina cuando un bebé muere y el dolor no termina en cuanto se acaba el funeral y se ha dado el pésame - hay que aceptar ambas. No traten de eliminar el dolor. Los padres necesitan sentirlo, por más difícil que sea, necesitan expresar su duelo.

6. Si el bebé tiene nombre, úsenlo. Traten de acordarse de los padres con una tarjeta o llamada en el primer Día de las Madres o Día de los Padres, como también la fecha predeterminada de nacimiento y el primer aniversario del nacimiento y muerte del bebé (hasta los primeros aniversarios mensuales).

Por último, y lo más importante para hacer una diferencia, es esto: por favor traten de esforzarse de no menospreciar la profundidad del dolor, la duración de la pena, y sobre todo, la diferencia que puede hacer el tener su apoyo durante este periodo de ajuste tan doloroso. Puede ser que sea cuando más lo necesiten. Si se alejan porque se sienten incómodos hasta que ha pasado un tiempo razonable, pueden encontrar que se ha creado una barrera entre ustedes y los padres afligidos. Si comparten su experiencia, todos salen más fuertes.

Orando que Dios los guíe y fortalezca…

Una Madre.

Traducido con autorización.
Fundación Esperanza, México.

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