Fue como despertar
a un mundo nuevo
tú ya no estabas
mi seno estaba vacío.
¡Qué sensación dolorosa!
¡Qué terrible realidad!
Fuiste mío nueve meses
y de golpe, ya no estás.
Porqué así?, Hijo querido,
ni te pude bautizar
y a tu hermano le dejaste
un espacio sin llenar.
Se que aunque hoy somos cinco
seis somos en realidad
pues mi corazón de madre
no te puede olvidar.
Pude tenerte en mis brazos
y tu cuerpo acariciar
y esa sensación...oh! hijo!
me acompaña de allí en más.
No fui capaz de ir a verte
donde tu cuerpo ahora está
y es que cuando lo intento
temo al dolor y prefiero
saber que un ángel del cielo
me acompaña en el camino
que me falta transitar.
Hasta que llegue aquel día
¡en que te vuelva a encontrar!
Descansa en paz, hijo mío,
y mi alma en paz estará.
Con un dolor hecho Amor
se despide, tu mamá.
25 de Enero del 2000.