EL INSTANTE
Lo poco que en el mundo soy y he sido Pasará como el humo vago y lento, Transformado por fin en alimento De la insaciable muerte y del olvido.
Lo que acaso gocé, lo que he sufrido, Lo que pude soñar y lo que siento, Todo se apagará sin un lamento, En impalpable polvo convertido.
Pero entre tanto desvanecimiento Quizá dure un instante el hondo acento Con que canté lo mucho que he querido:
Tal vez pueda durar lo que un latido La voz de la pasión con que he vivido Antes de ser también ceniza y viento.
Para LA NACION - BUENOS AIRES, 1961 SONETOS DEL AMOR UNITIVO
Tan unidas están nuestras cabezas y tan atados nuestros corazones, ya concertadas las inclinaciones y confundidas las naturalezas,
que nuestros argumentos y razones y nuestras alegrías y tristezas están jugando al ajedrez con piezas iguales en color y proporciones.
En el tablero de la vida vemos empeñados a dos que conocemos, a pesar de que no diferenciamos,
en un juego amoroso que sabemos sin ganador, porque los dos perdemos, ni perdedor, porque los dos ganamos.
Del libro La ciudad sin Laura, 1938 |
Nació en Buenos Aires el 5 de octubre de 1900 y falleció en 1978.
Algunos de sus libros:
Alcándara, 1926
El Buque, 1936
Poemas elementales, 1942