esteva.jpg (3012 bytes)HUGO ESTEVA

EL MOSTRADOR

 

"Cuando quieras promover duraznos

Ni se te ocurra mencionar los carozos",

Me decía un maestro elegante,

Triunfador, sonriente, plástico y coherente.

"Verdad a medias será verdad entera,

Si la sabes aderezar a tu manera",

Agregaba tras un índice seguro,

Poderoso, atractivo, sensacional y justo.

"¿Desde cuándo ese afán por los detalles?

¿A qué subordinar lo grande a lo pequeño?

Hubieran temblado las empresas más audaces,

Temblarían las Empresas dirigentes,

Caerían los satélites lanzados,

Confundirías a los niños de colegio,

Retozarían los héroes en sus tumbas

Y los hombres de mundo caminarían a tientas.

¿Quién creería a monarcas colorados,

Vergonzosos, tímidos y llanos?

¿Quién compraría productos ensalzados,

Si al mismo tiempo se los desnudara?

No, hijo, no. No te tiente el engaño de los falsos profetas,

Aprende de la vida lo que la vida muestra

Y muéstrale a los vivos lo que quieren que muestres."

La mano sobre el hombro terminó así el anciano,

Con la calva teñida y el bigote pintado.

Y de entonces a ahora, siguiendo su consejo,

Palacios, empleadas y ejércitos venciendo,

Con triunfos y laureles he aprendido a enseñar

Hasta ser, hoy en día, más canoso y obeso,

Yo también gran maestro de la nueva moral.

 

Buenos Aires, 14 de noviembre de 1970.

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