Itinerario de un alma humilde
Eres baldío cual las esquinitas
Donde flamean, ciegos, deshilados,
Los gallardetes de las calesitas
Parecidos a colas de pescados.
Vives la soledad de los soldados,
Que después de dar vueltas infinitas
Por las murallas del cuartel, cansados,
Se meten, cuando llueve, en las garitas.
Eres el hombre en el que nadie piensa,
Para quien la ciudad guarda la ofensa
De sus cosas inútiles y crueles.
Como ser, en la calle, la congoja
De un niño que reparte unos papeles,
Y que la gente, sin leer, arroja.
La Nación, 15 de marzo de 1931
La ilusión
¿Recuerdas cuando mi alma no tenía
Para jugar más que un atril mohoso,
Con un farol, que nunca se encendía,
En un zaguán, obscuro y silencioso?
Mi alma era un niño escuálido y medroso,
Que sin jamás comprarlos, elegía
Los muñecos más caros de un lujoso
Escaparate de juguetería.
Después me iba, con cuidado, para
Que no se me cayera de los ojos
Aquel juguete que jamás comprara.
Y así eligiendo cada día uno
No tuve, nunca, para mis antojos,
Tantos juguetes, sin tener ninguno.
De "La víspera del buen amor". Extraído de El Hogar, 27 de marzo de 1931
Nació el 10 de julio de 1900 en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, Argentina. Falleció el 24 de octubre de 1957.
Algunos de sus libros:
Azul de mapa, 1931
Patria del Campo, 1946
Sonetos de mi sangre, 1951