En el libro abierto del bambú
Beatriz Vallejos lee tréboles,
mariposas, arpas de la brisa,
jazmines, recuerdos de alhucema.
La frescura verde del bambú
impregna lentamente las páginas,
que van habitando colibríes,
duendes y ángeles en un bote.
Garzas, caballos blancos, canción
de grillo y luna, bodas de cardos
y rocío, ánfora, telares,
nidos en la luz y en la llovizna.
Pero aquello que más lee ella
en el libro abierto del bambú
es un destello, es un fulgor:
"el poema, la yesca de Dios".