Las sillas se vaciaron
En los estrados de los andamios
las sombras fueron sentenciadas
a vagar por un campo sin troneras.
En una fila de noches por delante
las sillas se vaciaron
con tal de cerrarle la puerta a la tristeza.
Ilusión No renuncio a la certeza de los días diáfanos
ni al equilibrio de batallas.
Construyo un mundo
donde el castigo es benévolo;
un mundo de signos y señales
que se desplaza por la bruma.
Extraído del libro "Esclusas", Ediciones Argos, Córdoba, 2000