Un delantal va cubriendo su figura corpulenta,
a su paso va arrastrando los cincuenta que le pesan,
siempre atendiendo la casa y cocinando recetas,
su sonrisa siempre muestra aunque le duelan las penas.

Cuando ya no aguanta el llanto sólo dice: "es mi cabeza,
no se preocupe señora, ya le preparo la cena".

Pa' nosotros bendición, pa' ella trabajo a cuestas,
para los niños la nana, pa' otros un nombre a secas,
la que dice que la vida enseña más que las letras.

Aunque también tiene hijos y un esposo que la espera,
y una casita comprada allá en un barrio cualquiera,
trabaja los cinco días porque las deudas aprietan
y el sábado y el domingo su figura corpulenta
se la pasa organizando pa' que no sientan su ausencia.

De la casa pa'l trabajo, del trabajo pa' la escuela
a recoger a la nieta que apenas su vida empieza
porque tuvo por desgracia una madre que no vela
y por bendición de Dios una abuela que la besa
a la que le dice: "mama, te quiero cuando regresas".

Pa' nosotros bendición pa' ella trabajo a cuestas,
para los niños la nana, pa' otros un nombre a secas,
la que dice que la vida enseña más que las letras.

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