¡ADVENIMIENTO!
Cristo Jesús: desde el trágico día
que la cuesta del Gólgota ascendiste,
bajo el peso aplastante del madero
pesado de la cruz, y en tu agonía
sangrante y dolorosa aun le pediste,
con eco lastimero,
a tu Padre el perdón para el malvado
pueblo causante de tu injusta muerte,
el mundo no ha cesado
de negarte, burlarte y ofenderte.
Tu doctrina ha olvidado,
y ciego y sordo y loco se ha lanzado
a la infernal tragedia
de la maldad, del vicio y del pecado;
y en vez de la verdad pura y desnuda
triunfa el dolor, la farsa y la comedia;
el malvado se yergue, ríe e impera,
y el bueno, en actitud paciente y muda,
padece, gime, llora y desespera.
Por doquier hay rumores de batalla;
soberbias y orgullosas actitudes;
vanos desplantes e iracundos gestos;
escenas de una vida pavorosa;
rugir de multitudes;
cual la hiriente metralla
frase que escupe y lanza los denuestos
de la negra calumnia ignominiosa,
que al justo envuelve en una red tejida
por el odio, la infamia y la maldad.
Y al pueblo de los tuyos no le alienta
otra bella esperanza en su ansiedad
que tu nueva venida.
Desciende sobre el trono de tu gloria;
cese esta lucha despiadada y cruenta;
proclama tu victoria
e impón sobre esta tierra corrompida
tu ley superhumana,
tu paz y tu justicia soberana.
Julio Macías Flores