BASTA A CADA DIA SU PROPIO AFÁN
Si ahora pan tenemos que para mañana
no nos atormente la falta de pan.
Nada se consigue con la angustia humana.
Basta a cada día ya su propio afán.
Si al ser que tú amas lo ves extenuado
no temas se vaya como otros se van.
Ya agobia tu alma verlo tan cansado.
No lo llores muerto si aún está a tu lado.
Basta a cada día ya su propio afán.
Si el temor de un pronto fracaso te llena,
pero aún en tus manos honra y oro están,
¡déjale al mañana su parte de pena!
Basta a cada día ya su propio afán.
Si el desvío lloras de algún ser amado,
no lo aumentes cuando esté a tu lado,
mostrando las penas que a tu paso van.
Tu dolor lo aleja más si está alejado.
Basta a cada día ya su propio afán.
Por tu viacrucis paso a paso avanza
con la cruz a cuestas, como avanzo yo;
pero no añadas tu desesperanza
a la cruz amarga que el Señor te dio;
porque ésa ni el mismo Cristo la llevó.
Rafael Arévalo Martínez