BESO DIVINO

Fue al pie de unas palmeras. Las turbas silenciosas 
que no tienen fatigas, olvidadas del pan, 
escuchan de los labios de Jesús altas cosas 
y ante el hondo misterio pensativas están.

Unos niños levantan sus caritas de rosas, 
de los ojos divinos les atrae el imán, 
acercarse quisieran, mas... las manos rugosas 
de los viejos apóstoles, se oponen a su afán.

Y Jesús dijo entonces: "¡Dejadles! Son los dueños 
del cielo de mi Padre todos estos pequeños. 
Dejadles que a mí vengan e imitad su candor;

si queréis formar parte de mi reino bendito"
En seguida inclinóse hasta el más pequeñito
y lo besó, lo mismo que se besa una flor.

Luis Felipe Contardo