CADA DIA

Yo, Señor, cantaré tus alabanzas
y te consagraré de cada día
la primera hora, para dar las gracias
a tus misericordias infinitas.

Porque tú eres mi amparo, mi refugio 
en todos los peligros de mi vida, 
y en mis tribulaciones más terribles 
eres el seno en que mi amor se abriga.

Yo cantaré tu gloria, Dios amable,
y te dirá mi alma enternecida:
¡ Tú eres mi apoyo, mi única esperanza,
mi dulce Dios, misericordia mía!

Pablo de Olavide