CANCIÓN DEL DIA FELIZ

Para que dé su fruto el día
y la mañana dé provecho,
¡hay que llenarnos de alegría
y henchimos de música el pecho!

Para llenar la troje del día 
con el grano de un trigo blando, 
despertemos con alegría
y vivamos como jugando:
¡hay una flor en la alegría 
que sólo se corta cantando...!

Para que Dios nos haga el día 
suave y ameno como un don, 
hay que verlo con alegría:
todo en el ánima del día 
es un pretexto a la canción, 
invitación a la alegría... 
Todo el día es como un don.

Como el trigal de la alquería, 
hecho de aroma y de color, 
se extiende, en torno el alma mía, 
la dulce claridad del día, 
del día blanco del amor...

Y nada rompe esa alegría:
diáfano o gris, nublado o no, 
hay en la flor de cada día 
como una esencia de armonía, 
un argumento de alegría 
¡y un tono amable de canción! 
Todo en el ánima del día 
es una ronda de ilusión.

Jaime Torres Bodet