COMO EL VENERO

Recibe el don del cielo, y nunca pidas 
nada a los hombres; pero da si puedes; 
da sonriendo y con amor; no midas 
jamás la magnitud de tus mercedes.

Nada te debe aquel a quien le diste; 
por eso tú su gratitud esquiva. 
El fue quien te hizo bien, ya que pudiste 
ejercer la mayor prerrogativa

que es el dar, y que a pocos Dios depara. 
Da, pues, como el venero cristalino, 
Que siempre brinda más, del agua clara 
que le pide eh sediento peregrino.


-Amado Nervo