CONFIANDO EN DIOS
Hoy vengo, Señor, a Ti,
después de mi caminar.
dispuesta y firme a enterrar
ignorancias y torpezas,
todo lo que yo viví,
para que no broten más.
Hoy hago la trashumancia
al redil de tus ovejas.
Tenme siempre en vigilancia,
no permitas que el aprisco
lo deje nunca a distancia
y en la oscuridad me pierda.
Quiero renacer en Ti,
como la aurora en el día,
como la alondra que pía
buscando la luz temprana,
luz clara de la mañana
que invade la lejanía.
Y, en este renacimiento
pon en mí, Tú, mi señor:
corazón lleno de amor,
con un espíritu recto,
que se vea tu Evangelio
en todos mis movimientos.
De una vida que me diste...
he gastado la mitad,
¡Oh! Señor, haz que, yo ahora
rebosante de salud espiritual,
me rinda en amor y preces
con toda la integridad.
Por medio de este lavacro,
haz que sea refinado
todo mi sentir y hablar;
lo que antes ha sido barro
haz que se funda en valores
por medio de tu milagro.
Por eso, hoy quiero pedirte
bendición para mi hogar,
que bien unida a mi esposo
y muy cerca de mis hijos
sean lazos fusionados
en este acto bautismal.
Así, ¡Jesús de mi vida!,
quiero consagrarme a Ti.
Ve tejiendo mi telar
hilo por hilo en mi vida,
y que humilde yo te deje
siendo fiel a tu amistad.
¡Oh! Señor, se me olvidaba
que no debo pedirte
solamente para mí,
hay almas que necesitan
conocer de tus bondades
que yo les debo decir.
Hoy te digo, mi Señor:
Bendice los corazones
y arranca las decisiones
que por temores no brotan;
pues te damos gota a gota
lo que debe, ser raudales.
Valentina Laborda