CREO

CREO en la candidez y en la pureza 
que afloran a los labios de un bebé; 
en el ósculo tibio de la aurora 
sobre el pétalo insomne de un clavel.

CREO en el dulce trino del sinsonte 
sobre el árbol que vuelve a florecer; 
en la rica fragancia y la frescura 
de los frutos maduros del vergel.

CREO en la ingenuidad del aura, cuando 
duerme las flores al atardecer; 
en el riachuelo que a los sauces nutre 
y en los mil pececillos que hay en él.

CREO en la gravedad y la nobleza 
del llanto de una madre; y creo en el 
dolor de la que llora la partida 
del que fuera primicia de su ser.

CREO del firmamento en la luz pura; 
creo en la luna y en su brillantez; 
de las olas del mar creo en la espuma; 
creo en el gran YO SOY que les dio ser.

Guido Féliz