DIOS
Lleno de gloria y majestad se asienta
sobre la cumbre azul del firmamento;
cuanto existe le rinde acatamiento,
y en cuanto existe su poder se ostenta.
El retumba en la voz de la tormenta
y refrena del mar el movimiento,
vibra oculto en los átomos del viento
y en las entrañas del volcán alienta.
Desde el astro que rueda en el vacío
hasta el insecto que en la hierba anida,
todo lo rige su saber profundo.
Y es tan grande su inmenso poderío,
que él, que brotar de su soplo hizo la vida,
puede a la nada reducir el mundo.
J. Tolosa Hernández