EL REFUGIO DEL CORAZÓN HERIDO

Cuando rendido por la lid mundana
pide sosiego el corazón herido,
busco ansioso el hogar, albergue y nido,
único amparo en la tormenta humana.

Allí al resguardo de la fe cristiana
encuentro la ventura que he perdido:
me postro a orar, como en la edad temprana,
y así el rigor de la existencia olvido.

ˇCuán hondo bienestar experimento
Vaga libre y feliz mi pensamiento
por el mundo ideal de las quimeras,
llegando hasta mi ser, que se consume,
un hálito sutil, como un perfume,
efluvio de lejanas primaveras.

José Flores