GETSEMANÍ 
LA NOCHE
En la noche de tragedia 
con mi Maestro salí. 
Por la llaga de mi espíritu 
se acercó Getsemaní. 
Sobre la roca de mi alma 
cayó el divino Rabí: 
"Pasa, Señor, este cáliz, 
pasa este cáliz de Mí". 
En la noche de tragedia 
me pidió: "Ruega hasta el fin". 
En el flanco de la roca 
con los demás me dormí. 
La mirada del Maestro 
sobre la frente sentí: 
"Ni una hora de tinieblas 
pudiste velar por Mí". 
Cuando vi sangre y anhelos 
en su frente de marfil; 
cuando la copa de ajenjo 
vi en la roca del jardín, 
de redención traspasada 
contra la noche caí: 
"La copa de Tu amargura 
déjame beber a mi". 
El cáliz quedó en mis manos; 
un sorbo apenas bebí: 
la acritud de largos siglos 
en un segundo sentí. 
Como una daga de amores 
la voz llegó del Rabí: 
"La copa henchida de hieles 
apuré, hombre, por ti".