GRATITUD

Señor, yo nunca me acerqué a tu lado 
con mi pena y dolor, sin que dijeras 
a mi alma atribulada una palabra, 
una de tus palabras dulces, buenas...

Tú nunca permitiste que si vine 
con ojos tristes, triste yo me fuera. 
Algo siempre tú hiciste por mi herida, 
algo siempre tú hiciste por mi pena.

Cuando yo conversé contigo a solas 
diciéndote mis íntimas dolencias 
tú nunca te cansaste, y siempre oíste 
las palabras azules de mis quejas...

Fuiste más que un hermano en mis dolores, 
y más que amigo, fuiste en mis problemas; 
siempre, siempre, poniendo en mis ensueños 
una canción, un lirio y una estrella...

Señor, por eso es que te busco tanto,
y tanto mis plegarias a ti vuelan,
porque sin ti el sendero es triste y solo,
e imposible sin ti, &a vida entera... 

José A. Franquiz