HUMILDAD
Ten un poco de amor para las cosas:
para el musgo que calma tu fatiga,
para la fuente que tu sed mitiga,
para las piedras y para las rosas.
En todo encontrarás una belleza
virginal y un placer desconocido;
rima tu corazón con el latido
del corazón de la naturaleza.
Recibe como un santo sacramento
el perfume y la luz que te da el viento;
quién sabe si su aroma en él te envía.
Aquella que la vida ha transformado
y sé humilde. . . Recuerda que algún día
te ha de cubrir la tierra que has pisado.
Francisco Villaespesa