JESUCRISTO 
Colgado estás áspero madero 
cual lábaro de paz en las alturas; 
dislocadas las finas coyunturas, 
pidiendo amor con grito lastimero. 
ˇ Veinte siglos así! y hasta el postrero 
sol que ilumine ignotas desventuras, 
remachadas tus férreas ligaduras 
te ofrecerás al universo entero. 
Plúgote así para que el hombre insano 
torne al bien; sus oráculos inciertos 
deje y no tema la cautiva mano; 
para que por ciudades y desiertos 
hallarte pueda el pecador humano 
los amorosos brazos siempre abiertos... 
Guillermo Valencia