LA CRUZ DE BISTOLFI

Cruz que ninguno mira y que todos sentimos, 
la invisible y la cierta como una ancha montaña:
dormimos sobre ti y sobre ti vivimos; 
tus dos brazos nos mecen y tu sombra nos baña.

El amor nos fingió un lecho, pero era 
sólo tu garfio vivo y tu leño desnudo. 
Creímos que corríamos libres por las praderas 
y nunca descendimos de tu apretado nudo.

De toda sangre humana fresco está tu madero,
y sobre ti yo aspiro las llagas de mi padre,
y en el clavo de ensueño que lo llagó, me muero.

¡Mentira que hemos visto las noches y los días! 
Estuvimos prendidos, como el hijo a la madre, 
a ti, del primer llanto a la última agonía!

-Gabriela Mistral.