LA DICHA ESTÁ DENTRO
De mil modos el hombre presuntuoso
se esfuerza en ser feliz a su manera;
y anhela diligente y afanoso
traer la dicha desde muy afuera.
Lleno de necedad, una quimera
anhelante persigue fatigoso,
sin descanso en su mísera carrera
y sin hallar el codiciado gozo.
No sabe que la dicha se halla dentro
del corazón en donde Cristo habita,
y que la vida es un feliz encuentro.
Es esto cuanto el alma necesita:
poseer a Jesús, él es el centro
donde la llama del amor se agita.
Abraham Fernández