LA ESTRELLA DE BELÉN

Dada es la hora que anunció el profeta; 
desde los cielos en la Tierra Santa 
cierta armonía llena ya el planeta:
es la de un coro celestial que canta.

"Paz, en la tierra y en la altura, gloria". 
Ese es el canto que en los aires rueda, 
rueda en la tierra, rodará en la historia, 
pues baja del cielo esa voz de. seda.

Unos pastores, al mirar el oro 
sobre los campos, y buscar la luna, 
fuente imposible de sin par tesoro,

hallan un astro, de luz cual ninguna; 
presto descubren que aquello es el coro 
de seres celestes... señal de una cuna.

Héctor Pereyro Suárez