LA SANTA BIBLIA

¡Bendito Libro! entre los libros: ¡Libro eterno!
Donde toda la Palabra de Dios vive fecunda;
tú me has traído un consuelo dulce y tierno,
el gran mensaje a mi fe ya moribunda...

Tú has traído la luz que le faltaba
a mis obscuras tinieblas de egoísmo;
tú me iluminaste la senda en que vagaba
cual ignorado buscándome yo mismo...

Si la ciencia engreída, torpe y necia
te condena al dolor del abandono;
yo te aclamo por quien hoy te desprecia
en la inútil batalla del encono...

La humanidad en su incrédula cruzada
rugirá como un mar de tempestades;
pero tú, sobre las ondas encrespadas
pasarás como Cristo en Tiberiades...

Humberto Merino Díaz