LIBRO ETERNO

Tengo un libro de nítidas páginas,
que nunca envejece, que siempre está nuevo;
y es que encierra misterios de gloria
y da a nuestras vidas divinos consejos.

Este Libro precioso y sublime
es luz para el alma, pan para el hambriento,
y es agua de vida que limpia y redime
y apaga la sed al sediento.

Cuán grande enseñanza, ¡oh Libro bendito!, 
me das en las horas de pena y solaz. 
¡Oh fuente amorosa del Dios infinito 
tú inundas mi vida de gozo y de paz!

No importa que osado el hombre pretenda 
negar los conceptos de vida y de luz; 
no importa que airado él cambie la senda 
que lleva sus pasos al pie de Jesús.

Tú, Libro bendito, eres monumento 
que siempre señalas la ruta ideal; 
tú eres la Palabra cuyo fundamento 
descansa en la fuerza del Dios eternal.

¡Salve, Libro hermoso!, pues por las edades, 
de un siglo a otro siglo, permanecerás, 
aunque el hombre indigno, con sus falsedades, 
pretenda ignorar tu eterna verdad.

N. Solero