LOS DESCONTENTOS

No pienses que regala sus halagos la vida,
ni que den rosas frescas tus marchitos rosales,
sin mantener la llama de tu esfuerzo encendida,
que el ir y el esperar no pueden ser iguales.

La ley del mundo dice "trabajarás", y acaso
fue el hombre, para siempre, su destino directo;
por violarla te acosan el dolor y el fracaso
y no te da el placer ni un instante perfecto.

Al que mide las horas se le agrandan los años,
pero tú los cercenas con temores y engaños,
ajeno a la alegría, la belleza, el amor...

Viviendo tu egoísmo tal vez no has advertido
que en el largo sendero que llevas recorrido
ni apartaste un guijarro ni has dejado una flor.

José Martínez Jerez