LOS PASTORES

Vienen los pastores de la serranía 
tocando sus flautas y sus caramillos, 
la estrella lejana de Belén los guía, 
bajan a los valles, cruzan el collado, 
van por la colina, 
diciendo a las gentes que un niño ha llegado,
que con amor suave las almas domina.

Frente al pobre establo se postran de hinojos,
la Virgen María los mira sonriente 
y ellos van dejando con amor ardiente, 
de flores agrestes los frescos manojos 
y al pie de las pajas depositan leve, 
con la fe que mueve, 
sus frutos maduros, que ufanos, gozosos, 
para aquel Dios Niño trajeron piadosos.

Ya brilla la luna, tiemblan los luceros 
y aquellos pastores con el alma pía, 
absortos contemplan al Rey de los cielos, 
en la noche clara de la Epifanía.

Carmen Manrique Terán