LUZ DEL PESEBRE

No hay en la historia, que yo recuerde 
cuadro que tenga más humildad, 
ni hay un mensaje, que yo me acuerde 
que enseñe tanto a la humanidad. 

Ha dos mil años, que en un pesebre 
de humilde paja nació Jesús, 
y sin embargo, ningún orfebre 
bruñir pudiera con mejor luz.

Cuando ese niño a nosotros vino 
no hubo trompetas ni conmoción, 
sólo sus padres con un pollino 
y el vaho de bueyes en un mesón.

¡Y él era el dueño de la creación, 
de los profundos y más diversos 
modos que agitan el corazón, 
de las galaxias, los universos!

Mas en el fondo de ese misterio 
Dios en su gracia tuvo piedad, 
porque la vida, como un salterio 
es más gloriosa sin vanidad.

Y en el pesebre de aquella aldea
el mismo Verbo se humanizó,
y desde entonces su luz flamea
como una antorcha que se encarnó.

Para dejarnos este estribillo 
en un legado de eternidad:
"ama a tu prójimo y sé sencillo". 
¡Ese es el súmmum de la verdad!

Vuelvo a deciros que no recuerdo 
cuadro que tenga más humildad, 
ni otro mensaje, pues no me acuerdo 
que enseñe tanto a la humanidad.

Moisés Espino del Castillo