MI BIEN MAYOR

¡A ti, vengo, Señor!, sin bien alguno,
mísero, pobre y muy indigno soy;
Tú eres mi bien, más grande que ninguno,
en el sendero que siguiendo voy.

¡A ti, vengo, Señor!, para rendirte
el alma mía con sumiso amor;
este es mi bien: tenerte por mi faro
con gratitud humilde y con fervor.

¡A ti, vengo, Señor!, buscando amparo
de los poderes de la vida cruel;
este es mi bien: tenerte por mi faro
de luz brillante, guiadora fiel.

Eres mi Dios, mi fuerte fortaleza;
eres mi dicha y mi canción de paz;
eres mi gozo en la mayor tristeza;
es mi esperanza contemplar tu faz.

Danos, Señor, la gracia de servirte.
Concede al hombre conocer tu amor.
Permite a los humanos bendecirte.
¡Envía al mundo tu piedad, Señor!

Anselmo Navarrete