ORACIÓN NUPCIAL

¡OH, PADRE que estás en los cielos! Hoy siento como nunca tu sagrada presencia. Sostén a la mujer que me diste por compañera para toda la vida y que ahora se arrodilla a mi lado. Sé que ella es un regalo que tú me haces. En lo más profundo de mi alma me propongo amarla, protegerla y guardarle fidelidad hasta mi último aliento.

El amor que hoy une nuestras vidas, nunca pierda el encanto y la dulzura de esta hora; y haz que tengamos la pureza y la firmeza necesarias para mantenernos unidos a medida que los días se transformen en años y el vigor de la ,juventud dé paso a la calma de nuestras cabezas canas.

En momentos de alegría o de pena, en triunfos o fracasos, yo estaré a su lado, no como el señor y dueño de su vida, sino como su amigo devoto y protector, compartiendo con ella todo lo que
tengo y siento.

Contigo, nuestro hogar será hermoso, duradero y lleno de paz. Ella será mi reina, mi dicha el orgullo de mi vida. En las puertas de nuestra casa esculpiremos tu sagrado nombre, y siempre
serás nuestro Huésped.

Señor, haz que un día me sea permitido presentarte sin mancha, en las puertas de perla, a esta compañera que tú me diste, a quien hoy le prometo ante tu altar fidelidad y amor eternos.
Amén.

Rubén Coletti