SIGAMOS A JESÚS
No me importa el desdén, a mí, del hombre;
no me importa la burla de la gente,
si va conmigo vuestro santo nombre;
si te llevo, Señor, a ti presente.
No me importa el estruendo de los cielos,
ni del alma, o del mar, las tempestades.
Tu comunión me da fuerza y consuelos;
tu Palabra me da eternas verdades.
A nada temo cuando vas delante.
Nada me arredra cuando estás conmigo.
Tú de mi oscura ruta eres guía amante,
que en derrota me das valor y abrigo.
Hermano, junto a él nada perece;
sigamos a Jesús, que él fortalece.
Isaías Prieto