SOLO TU SABES

Sólo tú sabes lo que sufro y lloro 
por no haberte, Dios santo, merecido, 
sólo tú ves en donde estoy caído, 
esperando tu firme mano de oro.

Sólo tú sabes todo lo que imploro 
por yerme ante tu amor enaltecido; 
sólo tú sabes cómo estoy de herido 
aquí donde yo mismo me devoro.

Sólo tú ves mi corazón llagado; 
sólo tú entiendes mi ardoroso anhelo 
de yerme, por tu luz, purificado.

Sólo tú sabes mi nocturno duelo 
y este profundo grito desgarrado 
que no oye nadie más que tú en el cielo.

Alfredo R. Bufan