¡TIENE QUE SER ASÍ!
Tú no envías, Señor, la enfermedad.
Tú de la pena no eres el autor.
Queriendo tú a la pobre humanidad
¿cómo podrías darle su dolor?
Yo sé que si sufrimos tanto aquí,
no es porque tú lo ordenes, mi Señor;
es a pesar de ti.
Es a pesar, sin duda, de tu amor.
Yo sé, por el contrario,
que tú estás junto al árbol del Calvario,
y en las angustias del Getsemaní.
Y que es tu mano, que sobre la herida
pone una tregua de bondad y vida.
¡Tiene que ser así!
CLAUDIO GUTIÉRREZ MARÍN