Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Iniciativa para la Reforma Universitaria

Morelia, Mich., 8 de mayo de 2003

250 Aniversario del natalicio de

Don Miguel Hidalgo y Costilla

Índice

Iniciativa para Reforma Universitaria

I. Considerando 7

II. Cualidades, objetivos y temario de la

Reforma Universitaria 9

III. Estrategias y procedimientos 14

IV. Punto de acuerdo 15

La reforma de la Universidad.

Condiciones, cualidades y objetivos generales 17

I. Condiciones generales para la reforma universitaria 18

II. Diagnóstico general de la UMSNH:

fortalezas y debilidades 28

III. Cualidades de la Reforma Universitaria 33

IV. Objetivos de la reforma Universitaria 35

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Iniciativa para la Reforma Universitaria

Que presenta ante el Honorable Consejo Universitario el Mtro. Jaime Hernández Díaz, Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, bajo las siguientes consideraciones, objetivos y puntos de acuerdo:

I. Considerando:

1. Las amplias y profundas transformaciones que se han producido en el mundo contemporáneo en los campos de a) la sociedad: con la emergencia de nuevos sujetos sociales, la incorporación masiva de la mujer a la vida cultural, la ampliación de la conciencia ecológica; b) la configuración geopolítica: el fin del mundo bipolar de la posguerra, la globalización, el multilateralismo y la lucha por un nuevo orden político-económico internacional; c) el conocimiento científico y tecnológico: el amplio impacto de las nuevas tecnologías informáticas y telemáticas en los procesos económicos, culturales y educativos; d) el pensamiento filosófico: el resurgimiento de la ética y la filosofía política, la emergencia de un pensamiento pluralista y cosmopolita; y e) la cultura y

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la educación: las nuevas formas de expresión cultural y artística, el reconocimiento de la pujante diversidad cultural del mundo, el desarrollo de las humanidades y las recientes propuestas pedagógicas centradas en la complejidad de los procesos de aprendizaje.

2. Los cambios que se han producido en nuestro país en los últimos años en a) la economía: con el fin de la participación estatal en la economía, la apertura de nuestro país al mercado mundial y la consecuente agudización de los desfases sociales; b) la política: con el fin del Estado monopartidista y la posibilidad de transitar hacia un orden democrático y un estado de derecho plenos; c) la sociedad y la cultura: con la amplia emergencia de la sociedad civil mexicana en su complejidad y diversidad geográfica, étnica, cultural, etc.

3. La nueva política educativa que se ha venido conformando recientemente bajo el propósito de lograr una mayor eficiencia del sistema educativo, y la consecuente necesidad de redefinir las tareas de la institución universitaria, particularmente la necesidad que tenemos de, simultáneamente, salvaguardar el sentido legítimo de la autonomía universitaria y responder a las transformaciones, necesidades y demandas del entorno socio-cultural.

4. Las fortalezas y potencialidades de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo: su legado ideológico y su compromiso histórico a favor de las mejores causas del pueblo mexicano; el reconocido papel que nuestra institución ha jugado en el desarrollo social y cultural del Estado; los logros alcanzados en los últimos años en la actividad académica (la formación de profesores, el desarrollo del posgrado y de la investigación científica, etc.) así como los recursos y el patrimonio con el que se cuenta.

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5. Los rezagos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en los aspectos académico, administrativo y normativo; la insuficiencia de los resultados de sus funciones sustantivas; la carencia de una política de planeación académicamente sustentada; la deficiente caución de sus recursos; la débil vinculación de la Universidad a su entorno estatal; los síntomas de desarticulación y atomización institucionales y la paulatina desintegración de la comunidad universitaria; la falta de mecanismos jurídicos que garanticen la plena democratización e institucionalidad de la vida universitaria.

Se nos plantea la necesidad de llevar a cabo una REFORMA de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de acuerdo con las siguientes:

II. Cualidades, objetivos y temario de la Reforma Universitaria.

1. Cualidades: la reforma universitaria debe ser:

a) Integral, es decir, abarcar todos los aspectos del quehacer universitario: el académico (las cuatro funciones sustantivas de la Universidad: docencia, investigación, difusión cultural y extensión universitaria), el administrativo (la organización institucional) y el normativo (desde la Ley orgánica hasta los diversos reglamentos de la vida universitaria).

b) Fundamentada, es decir, debe ser el producto de un proceso de reflexión teórico-conceptual fundamentado en los resultados de un riguroso trabajo de investigación educativa.

c) Democrática, esto es, debe ser el resultado de un amplio y diverso proceso de participación de la comunidad

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universitaria en su conjunto, a través de sus diversos sectores y sus diversas organizaciones e instancias institucionales.

d) Abierta, es decir, debe convocar a la sociedad en su conjunto y atender las opiniones y planteamientos de los diversos sectores, organizaciones e instituciones sociales.

2. Objetivos de la reforma:

a) La Reforma debe, sin menoscabo de la autonomía universitaria, contextualizar a la Universidad Michoa-cana de San Nicolás de Hidalgo vinculando sus acciones y resultados con las necesidades sociales y culturales de la región y el país, y considerando las condiciones del entorno global.

b) La Reforma debe actualizar las estructuras académicas responsables de las funciones sustantivas de la Universidad dotándolas de eficacia en el aprovechamiento óptimo de los recursos disponibles y asequibles y elevando la calidad, sentido y alcance de sus tareas y resultados.

c) La Reforma debe establecer eficientes mecanismos institucionales de evaluación, control y planeación que permitan el crecimiento y desarrollo sano de la Universidad y aseguren el cumplimiento adecuado de sus funciones y tareas;

d) La Reforma debe instituir un ordenamiento jurídico y administrativo suficiente y coherente con la dinámica real de la institución;

e) La Reforma debe permitir la democratización plena de la vida universitaria, dotando a la institución de formas de gobierno democráticas, de instancias eficaces de defensa de derechos y solución a conflictos, y favoreciendo la formación ciudadana de los universitarios en torno a los valores de la convivencia comunitaria y civilizada.

3. Temario básico de la Reforma (abierto a la discusión y

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sujeto a precisiones y reformulaciones durante el propio proceso de reforma).

I. Reforma académica: que se propone reformar y actualizar lo relativo a las funciones sustantivas de la Universidad, privilegiar los valores académicos y transformar las estructuras operativas y de desarrollo institucional. Contendría los siguientes temas:

1. La Filosofía y la Política educativas de la Universidad (modelo de Universidad).

2. Docencia:

2.1 Lineamientos para la reforma de planes y programas de estudio.

2.2 Las políticas de ingreso, evaluación y titulación.

2.3 La modernización de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

2.4 El desarrollo del postgrado universitario.

2.5 La capacitación y actualización de profesores.

2.6 La reforma y consolidación del bachillerato universitario.

2.7 La educación extra-curricular y la formación cultural de los universitarios.

3. Investigación científica:

3.1 La vinculación de la investigación científica con las otras funciones sustantivas de la Universidad.

3.2 Los procesos de evaluación, divulgación y aplicación de los resultados de la investigación.

3.3 La vinculación de la investigación científica a las necesidades y demandas del entorno estatal y nacional en sus diversos campos, instituciones y sectores sociales.

3.4 La investigación científica de alto nivel y la investigación humanística.

4. Difusión Cultural:

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4.1 Los principios y objetivos de la difusión cultural universitaria.

4.2 La difusión cultural universitaria y las condiciones y dinámicas culturales del entorno estatal.

4.3 La difusión cultural al interior de la Universidad y las actividades culturales de los universitarios.

5. Extensión universitaria:

5.1 La vinculación de la Universidad con el sector productivo y con los sectores sociales del Estado.

5.2 El servicio social de los universitarios.

II. Reforma administrativa: que se propone desburo-cratizar y racionalizar la administración universitaria, abatiendo sus costos de operación y poniéndola al servicio de las tareas académicas. Contendría los siguientes temas

1. Eficiencia administrativa.

1.1 La estructura administrativa central y colateral de la universidad (organigrama).

1.2 La estructura organizativa general de la Universidad.

1.3. Manuales de procedimiento de la administración.

2. Transparencia y fiscalización.

2.1 La reglamentación de los ingresos propios de las dependencias universitarias.

2.2 El establecimiento de órganos internos de fiscalización de elevada competencia.

2.3 El establecimiento de mecanismos de transparencia que hagan efectivo el derecho a la información de los universitarios.

3. Política laboral de la Universidad.

3.1 Políticas de compromiso por la elevación de las condiciones y nivel profesional de los trabajadores académicos y administrativos de la Universidad.

3.2 Mecanismos de supervisión y evaluación del cumplimiento del personal de la Universidad.

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3.3 Mecanismos de protección de los derechos de la Universidad

3.4 Establecimiento de órganos para dirimir controversias entre autoridades y de vigilancia del cumplimiento de la normatividad universitaria por parte de directivos y autoridades de la Universidad.

4. Política de planeación y crecimiento de la Univer-sidad

4.1 Elevar la función de planeación en la Universidad.

4.2 La planeación de nuevas programas de estudios y nuevas dependencias.

4.3 La planeación de nuevas unidades profesionales en el interior del Estado.

III. Reforma jurídica: que se propone actualizar el marco normativo de la Universidad, democratizar los órganos de gobierno de la institución, distribuir equitativamente el poder y consolidar la autonomía universitaria. Contendría los siguientes temas:

1. Reforma de la Ley orgánica.

1.1 Los principios filosóficos de la Universidad.

1.2 Procedimientos para la elección del rector y otras autoridades.

1.3 Mecanismos y organismos institucionales que permitan contrapesos y equilibrios en la autoridad universitaria.

1.4 Mecanismos de vigilancia y control del presupuesto y los recursos universitarios.

1.5 Mecanismos de vigilancia y control del cumplimiento de la normatividad.

1.6 Modelo básico de organización universitaria

1.7 Tribunales universitarios; derechos y obligaciones de los universitarios.

2. Reforma del Estatuto Universitario.

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3. Reforma de reglamentos generales existentes.

4. Elaboración de nuevos reglamentos generales. Por

ejemplo:

4.1 Reglamento general de elecciones

4.2 Reglamento de responsabilidades de los funcionarios y directivos universitarios

4.3 Reglamento de la investigación científica

4.4 Reglamento de la difusión cultural

4.5 Reglamento de la extensión universitaria

4.6 Etcétera...

III. Estrategias y procedimientos.

a) La rectoría de la Universidad, a través de las distintas instancias de la administración central y los cuerpos directivos universitarios, conducirá el proceso de reforma, coordinando, promoviendo y organizando mecanismos y procedimientos que permitan la amplia participación de la comunidad universitaria tanto en el diagnóstico y evaluación de la institución como en la elaboración y discusión de propuestas y proyectos de reforma que serán presentados al H. Consejo Universitario para su análisis y aprobación en su caso.

b) A fin de apoyar un proceso de reforma universitaria sólido, serio y profundo, la rectoría promoverá la realización de estudios teóricos y empíricos sobre la Universidad, así como la sensibilización e información de la comunidad universitaria _a través de diversos medios de difusión_ sobre los principios y orientaciones de la reforma universitaria.

c) En lo inmediato, la Rectoría de la Universidad presen-

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tará a la comunidad universitaria un plan de trabajo, que incluirá mecanismos, procedimientos, tareas y plazos del proceso de reforma universitaria.

* *

IV. Puntos de acuerdo.

En consideración a lo expuesto, el H. Consejo Universitario resuelve:

UNO: Aprobar la presente iniciativa para la Reforma de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

DOS: Invitar a la comunidad universitaria y a la sociedad en general a participar decididamente en el proceso de reforma.

Morelia, Mich., 30 de abril de 2003.

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

La reforma de la Universidad

Condiciones, cualidades y objetivos generales

(documento de trabajo)

Respondiendo a una fundada expectativa tanto de la comunidad universitaria nicolaita como de la sociedad y sus diversas instituciones y sectores, la administración actual de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo ha asumido públicamente el compromiso de impulsar y encabezar una reforma de la Universidad que nos permita corregir concienzudamente nuestras deficiencias y sentar las bases para un desarrollo del alto nivel de nuestra institución, adecuado a las justas demandas de la sociedad.

El presente documento señala las orientaciones generales así como las características y los procedimientos iniciales para dar arranque al proceso de reforma universitaria. Consta de un planteamiento de justificación de la reforma y un diagnóstico general de nuestra Universidad; incluye una definición de las cualidades que la reforma debe poseer y de los objetivos básicos que debe plantearse. Está dirigido a la comunidad universitaria a fin de ir configurando una perspectiva y un lenguaje comunes en torno a nuestras concepciones de la Universidad y el sentido de su transformación.

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

I. Condiciones generales para la Reforma

Universitaria.

Condiciones mundiales.

El mundo ha cambiado. En las últimas décadas hemos asistido a hondas transformaciones en la configuración cultural, política, social y económica de nuestro mundo; a complejas innovaciones en diversos campos, a la emergencia de nuevas problemáticas y perspectivas e incluso al surgimiento de nuevos sujetos sociales. La Universidad, institución de raigambre histórica profunda pero a la vez necesitada de estar abierta a los nuevos tiempos, tiene la obligación de transformarse y adecuarse, guardando lo mejor de su tradición y desarrollando la capacidad para responder a las nuevas condiciones y los nuevos retos del pensamiento y la acción humanos.

En términos muy sintéticos podemos precisar las transformaciones contemporáneas en cinco puntos (aspectos económico, político, técnico-práctico, normativo-social y cultural-espiritual).

a) Imperialismo improductivo y límites del neoliberalismo.- Hasta antes de que la actual coalición dominante de intereses segmentarios del capital estadounidense se decidiera a usar abiertamente la opción militar para apoderarse de los recursos del planeta, podíamos ver a la globalización, no obstante la secuela de miseria que le ha acarreado a la mayoría de los pueblos, como una inevitable integración de los países en un mercado mundial desregularizado y descentrado, resultante de la revolución producida por la íntima vinculación entre el capital transnacional y el conocimiento incorporado a las nuevas tecnologías y a los procesos productivos y distributivos. En virtud de la naturaleza intrínsecamente inmoral del capitalismo, esta integración globalizante implicó una feroz disputa por los mercados y, consecuentemente, una polarización creciente entre unos pocos países cada vez más ricos y un creciente empobrecimiento del 75% restante de la humanidad, que vive satisfaciendo a penas sus

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

necesidades elementales de techo, alimento y vestido. Pero a partir de que los Estados Unidos, ya sin el contrapeso del bloque socialista, decidió su dominio mediante un proyecto imperialista basado en el despliegue de una estrategia estrictamente militar para apoderarse de los recursos del planeta, se derrumbó el mito de su superioridad económica supuestamente sustentada en la apertura y sumisión a las leyes del mercado. Por el contrario, la incompetencia del sistema productivo norteamericano se puso de manifiesto en su déficit comercial que, de 100 mil millones de dólares en 1989, pasó a 450 mil millones en 2000. De hecho, la economía estadounidense es parasitaria de sus socios en el sistema mundial que le aportan capitales, a lo que se agrega la sangría ejercida a la casi totalidad de los países de la periferia a título del servicio de la deuda que se les impone. Por todo ello es que el gobierno norteamericano ha recurrido a medios extraeconómicos que violan los principios de liberalismo impuestos a sus competidores, ya sea subsidiando la producción agrícola, o financiando la industria de armamentos, o bien mediante su geopolítica de recolonización de regiones enteras del orbe, como es el caso del PPP (Plan Puebla-Panamá) para Latinoamérica y que se inicia en el sureste mexicano. En esta perspectiva se sitúa la opción militarista, que no es otra cosa que el reconocimiento de que no dispone de otros medios para imponer su hegemonía económica y de que la sociedad estadounidense atraviesa por una profunda, estructural, crisis económica y moral. Una de las razones de esta crisis es la mediocridad de sus sistemas de enseñanza y de formación, producto de un persistente prejuicio que favorece sistemáticamente lo privado en detrimento del servicio público. Ésta es la política educativa que se pretende imponer a nuestro país y que las universidades públicas mexicanas están obligadas a combatir de forma decidida, y frente a la cual deben ofrecer alternativas en términos de nuevas y viables estrategias económico-sociales, más allá de la mera crítica ideológica, que permitan combinar desarrollo económico con cultura, visión ética y libertad. Esta exigencia no tiene que ver sólo con la posibilidad de supervivencia de las

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

universidades públicas: tiene que ver con la posibilidad de supervivencia del propio orden social nacional e internacional.

b) Globalización y multilateralismo.- Aunque se le ha pretendido reducir al fenómeno del globalismo económico trasnacional (neoliberalismo), la globalización es en realidad un fenómeno mucho más complejo y polivalente. En términos políticos y culturales ha significado ante todo la crisis de los estados nacionales tradicionales (unidades de identidad espacio-temporal, esto es, histórico-territorial) en cuanto puntos de referencia inamovibles para la autopercepción y autocomprensión de los seres humanos. Asistimos hoy a un proceso de mundialización, esto es, de comunicación e interacción amplia, dinámica y continua en la compleja diversidad del planeta, que no significa sin embargo y necesariamente una plena homogeneización o unificación. Una tendencia general a la globalización se encuentra con la contraparte de una múltiple emergencia de lo local. En todo caso la globalización debe ser caracterizada como un proceso complejo, no unívoco, en el que cabe distinguir dos concepciones dialécticamente confrontadas: globalización como la tendencia a la imposición unilateral de un mismo modelo económico en todo el mundo (globalismo, globalifilia) y globalización como una política mundial de concertación de las diferencias, como solidaridad intercultural (la paradójica globalidad globalifóbica) frente al unilateralismo globalista.1 Asistimos así en los últimos tiempos a un reconocimiento de la pluralidad de culturas y a una política mundial que apunta al multilateralismo, tanto más cuanto más quiere imponerse una terca y desfasada política del unilateralismo (imperialismo norteamericano). Ante este panorama, cada vez más deja de ser un proyecto utópico la posibilidad de un Estado mundial y de un orden jurídico internacional que permita hacer frente a dos tipos de ilegalidad: la del "salvaje" mercado trasnacional y la de los estados nacionales que no respetan los derechos humanos; un orden mundial que, positivamente definido, contribuya a la eliminación de las graves condiciones de injusticia planetaria, a la lucha conjunta por la preservación de la naturaleza (política ecológica) y, en general,

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

a la promoción de los más altos valores de la solidaridad y creatividad humanas. Un nuevo pensamiento universalista se dibuja en el horizonte de las discusiones actuales: un universalismo multicolor, pluricultural, abierto; no coactivo, sin hegemonías ni etnocentrismos colonialistas. Iniciamos la era poscolonial de la cultura y comenzamos a vivir en un mundo pluralista y multilateral: a este nuevo mundo, la Universidad _cuyo proyecto ha sido siempre la "unidad en la diversidad"_ tiene suficientes bases y recursos para hacer frente.

c) Pero el fenómeno más atractivo de los nuevos tiempos es probablemente el del amplio (un verdadero estallido) desarrollo de las nuevas tecnologías informáticas y telemáticas, de manera tal que nos hace suponer que nos encontramos ante una revolución tecnológica y cultural sin precedentes. A diferencia de las tecnologías clásicas, destinadas a facilitar el trabajo manual, las nuevas tecnologías (compu-tadoras, red mundial, telecomunicaciones) se dirigen a facilitar y potenciar el trabajo intelectual y los procesos de comunicación a diversos niveles. El impacto y alcance de estas nuevas tecnologías es amplísimo, y es particular-mente relevante para los procesos de construcción y transmisión del saber, es decir, para los procesos educa-tivos. Apenas empezamos a calar las consecuencias de estas transformaciones en el campo de la actividad pedagógica universitaria. No obstante, se habla ya en los últimos años de una "revolución del aprendizaje",2 que en pocas palabras podemos caracterizar como la definición de una nueva concepción pedagógica que se centra en el proceso y el acto de "aprender" _condiciones, contextos, requerimientos_ y ya no, como hasta ahora, en el acto de "enseñar" _asunto de ideologías, métodos, técnicas_. Esta focalización en el aprendizaje implica cambios axiológicos y de

1 Sobre el concepto de globalización cfr. dentro de la amplia bibliografía sobre el tema el texto de divulgación de Ulrich Beck, ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización, tr. Bernardo Moreno y Rosa Borràs, Barcelona, Paidós, 1998. Ver también: Amartya Sen, "Cómo juzgar la globalización", Perfil de La Jornada, 1 de febrero de 2002.

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

perspectiva fundamentales: se pondera hoy la individualización (el aprendizaje como una construcción individual, realizada por cada alumno) contra la homoge-neización (los alumnos reciben todos un mismo saber y todos deben asimilarlo del mismo modo); la creatividad (la aptitud para salirse de lo establecido y ensayar nuevas formas de solución de los problemas) contra la estandarización (la transmisión redundante de saberes hechos y fórmulas acabadas), el diferencialismo (el reconocimiento de la diversidad de los alumnos en cuanto a condiciones socio-culturales, rasgos psicológicos, tipos de inteligencia, etc.) contra la uniformización (la suposición de que existe un modelo único de ser humano, una forma única de ser "alumno"). Si tradicionalmente la función de la educación era "controlar" (moldear) al alumno, ahora su función debe ser "potenciarlo", prepararlo para saber hacer y saber actuar: lo que exige ante todo un nuevo ejercicio de la imaginación pedagógica universitaria.

d) Una transformación todavía titubeante pero de importantes consecuencias si llega a realizarse plenamente es el paulatino triunfo del estado de derecho y de los procesos de democratización en una buena parte de las sociedades contemporáneas. La ampliación de la jurisdicción (esto es, la normativización de diversas conductas y prácticas sociales, las luchas por diversos derechos) y la transfor-mación de las antiguas formas de la acción política (centrada en las estructuras estatal-nacionales) hacia formas transversales, con la emergencia de nuevos sujetos y nuevas organizaciones sociales (feminismo, etnicismo, diferencialismos de diversos talantes, etc.), nos inducen a una necesaria modificación de nuestras concepciones sobre el espacio público, la vida privada, y las formas y alcances de la participación social.

e) La transformación menos visible pero quizás la de mayor trascendencia es la que se está produciendo en el campo de nuestras concepciones del mundo y del pensamiento. Probablemente estemos ante

2 Cfr. Gordon Dryden y Dr. Jeannette Vos, La revolución del aprendizaje, tr. Alexandra García y Tziviah Aguilar, México, Tomo, 2002.

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una revolución de la conciencia humana. Esto tiene que ver principalmente con las innovaciones que se han producido en los últimos años en el campo del pensamiento científico y la reflexión filosófica. Las fórmulas consabidas de la modernidad ilustrada _el cientificismo, el positivismo, el racionalismo a ultranza, el formalismo ahistórico_ se encuentran hoy en retirada y se apunta desde todas partes a una nueva visión, pluralista, no jerárquica y antidogmática del pensamiento, donde las diversas formas del discurso y la expresión cultural (ciencias, humanidades, arte, moral, política) son valoradas de forma equitativa, y donde, por otra parte, se busca ir más allá de cualquier clase de etnocentrismo teórico-filosófico (eurocentrismo, occidentalismo) hacia un pensar filosófico verdaderamente cosmopolita, "mundial". Dentro de estas transfigura-ciones, resulta altamente significativa la recuperación que se ha dado en los últimos años de una perspectiva ético-política de la vida y la praxis social que retrae los añejos temas de la responsabilidad, la autonomía, los valores, la vida comunitaria, y la libertad. Por su talante originaria e intrínsecamente humanístico, la Universidad es por antonomasia la institución que puede y debe hacer valer hoy día en el campo de la vida social y cultural concretas una visión ética, en todo su sentido y alcance.

Condiciones nacionales.

En el caso de nuestro país podemos observar también una serie de transformaciones fundamentales que nos plantean la necesidad de una re-adecuación de nuestras concepciones y perspectivas, particularmente aquellas relacionadas con el ser y el sentido de la institución universitaria. Señalaremos a continuación una relación de esas transformaciones, desde el plano nacional hasta el plano más específico relacionado con las condiciones de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

a) Legalidad democrática.- Después de más de ochenta años de

 

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

un régimen político sui generis _sistema autoritario con bases populistas_, y después de un arduo emerger de la sociedad civil mexicana (que comenzó en 1968 y retomó un impulso más efectivo a partir de 1988) iniciamos el milenio con un proceso de transición hacia un orden político democrático y con la posibilidad del establecimiento en nuestro país de un Estado de derecho pleno. La transición parece todavía titubeante pero a la vez se percibe como irreversible. Las tareas pendientes son innumerables. Resulta evidente la carencia de una cultura democrática y de promoción y respeto a la institucionalidad; las prácticas patrimonialistas e ilegalistas (negligencia, corrupción, chantaje político, rotura sistemática de la legalidad, etc.) siguen estando a la orden del día en diversos ámbitos de la vida pública. Por otra parte, las estructuras económico-sociales existentes continúan agudizando la desigualdad y formas extremas de injusticia social. Junto con el alcance de la plena legalidad democrática, la lucha por un orden social más justo e igualitario, y por una sociedad con más posibilidades de desarrollo en la cultura, la educación y el conocimiento, siguen siendo asignaturas pendientes de la vida nacional. Éstas son a la vez tareas a las que las universidades públicas de nuestro país pueden hacer una contribución de primer orden.

b) Legitimidad postnacional.- A lo largo del siglo XX la sociedad y la cultura mexicanas se concibieron y definieron a sí mismas bajo los parámetros de la ideología nacionalista y sus supuestos integracionistas y de uniformismo. Sin embargo, en los últimos años emergió con toda amplitud el problema étnico y del carácter multicultural del país. La idea de una "identidad nacional" única e inmutable se va mostrando como lo que ha sido: un "mito" al servicio de la integración y el control social. Hoy se reconoce de buena gana el carácter multiétnico y multicultural del país y se apunta hacia una visión más pluralista y civilista del Estado mexicano. Por otra parte, desde hace varias décadas la actividad cultural mexicana _en las artes, las humanidades, la filosofía_ ha ido avanzando hacia visiones y concepciones menos provincianas, más autocríticas y de

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mayor apertura y diálogo con el exterior. El viejo discurso nacionalista _sobre todo en sus aspectos más apologéticos_ va siendo superado paulatinamente hacia una visión más crítica, realista y constitucional de la nacionalidad, y hacia una concepción más racional de los componentes estratégicos de la soberanía y de las formas de legitimación del orden social. En cuanto espacio de ejercicio de la inteligencia crítica, la institución universitaria puede hacer también un aporte fundamental a la configuración de una nueva concepción y una nueva praxis cultural en nuestro país: pluralista, democrática, civilista.

c) Política educativa y redefinición de la autonomía universitaria.- En el campo de la acción educativa, como en los campos de la administración, la economía y otros aspectos de la vida social, se va imponiendo desde hace unos años una visión que insiste en las exigencias de eficacia y eficiencia de las políticas públicas, esto es, en la introducción de procesos de racionalización administrativa y moderni-zación institucional. Estos procesos pueden fracasar o convertirse en meros mecanismos de control político tecnoburocrático si el resto de las instituciones y la socie-dad en su conjunto permanecen en una actitud meramente receptiva, reactiva. En el caso de las universidades públicas del país observamos desde hace unos años una situación de inaceptable rezago respecto a las dinámicas en que se han involucrado el Estado y la sociedad mexicanos. Mientras que antaño la universidad mexicana fue una espacio de ejercicio de las libertades frente a un régimen político autoritario e ilegítimo, y mientras en muchos momentos llegó a ser vanguardia de la lucha por la legiti-midad y la legalidad democráticas, hoy en día las universidades parecen irse convirtiendo en entes inertes, cerrados y ajenos a sus realidades y contextos. Resulta necesario, en primer lugar, una redefinición del sentido correcto de la autonomía universitaria _cierta-mente condición irrenunciable del quehacer universi-tario_. Frente a su reducción a los aspectos meramente políticos, administrativos, patrimoniales y hasta territoriales (extraterritorialidad y extralegalidad), debemos recordar que estos

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

aspectos sólo tienen validez si se encuentran sometidos a los principios institucionales y los criterios académicos que constituyen el ser propio de la Universidad. Autonomía universitaria significa precisamente esto: prioridad, en las acciones y decisiones de la vida universitaria, del criterio académico sobre cualquier otro criterio (político, ideológico, administrativo, laboral, etc.). En este sentido, esto es, en el sentido académico-institucional, la autonomía de la Universidad debe defenderse y mantenerse en contra no sólo del Estado sino también de cualquier otra institución social (partidos políticos, organizaciones sociales) y, en general, de cualquier cuerpo de interés privado, grupal o gremial. Pues sólo la primacía del criterio académico asegura el cumplimiento cabal de las altas funciones y tareas de la Universidad (ejercicio del pensamiento racional, búsqueda de la verdad, promoción de valores superiores) y sólo eso justifica el ejercicio indefectible de la autonomía universitaria. De esta manera, las universidades públicas de nuestro país se encuentran hoy ante un reto fundamental: saber responder a las nuevas condiciones y dinámicas de nuestro entorno, a las nuevas demandas de la sociedad y sus diversas instituciones, y saber mantener a la vez los principios constitutivos de la Universidad y los altos valores culturales que ella tiene encomendado realizar. Resulta evidente la importancia actual de la Universidad en nuestro país. Como lo afirma el eminente sociólogo mexicano Roger Bartra: "La Universidad es portadora de un germen democrático: la autonomía. Pero esta autonomía no debe llevar a que las universidades se encapsulen. Por el contrario, la autonomía debe exten-derse hacia otras expresiones del poder cultural y científico"3, hacia todas las expresiones (agregaríamos por nuestra cuenta) de la vida colectiva y de la vida individual. Forjar una sociedad autónoma, activa y responsable, formar sujetos _mujeres y varones_ autónomos, con capacidad para la auto-gestión y la auto-determinación: he ahí el sentido propio y el valor irrenunciable de la autonomía universitaria, he ahí la contribución fundamental de la Universidad a la vida social.

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II. Diagnóstico general de la UMSNH: fortalezas

y debilidades.

Fortalezas:

a) La mayor de las fortalezas de nuestra institución es su tradición histórica: el ingenio que mostraron los primeros universitarios para proporcionarle a una institución moderna como la nuestra una base histórica que se remite hasta los inicios mismos de la historia nacional. Tomando como punto de arranque la fundación por Vasco de Quiroga _bajo los influjos del humanismo europeo renacentista_ del "colegio de San Nicolás de Obispo", y continuando con las vicisitudes de esta venerable institución a lo largo de su historia (durante la colonia, la Independencia y la Reforma) hasta constituirse en el aula mater de la nueva Universidad fundada en 1917, la conciencia histórica permea constitutiva y permanente-mente el ser y quehacer de nuestra institución. Durante el siglo XX esta conciencia delineó el carácter de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo como una institución profundamente comprometida con las mejores causas de la sociedad mexicana, y proporcionó a nuestra institución una identidad sólida y las bases preclaras para la construcción de un proyecto propio.

b) A lo largo de su historia, y particularmente en las últimas décadas, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo ha ido conformando un importante patrimonio institucional (cultural, material y humano) que resulta la mejor base para un desarrollo hacia niveles superiores de excelencia y para una realización consistente de sus funciones sustantivas. La Universidad cuenta con escuelas y facultades de honda tradición en nuestra comunidad. Se ha logrado conservar el bachillerato y se busca su fortalecimiento. Nuevas carreras se han agregado recientemente. Los estudios de posgrado y el programa de la investigación científica han crecido de

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forma sustancial en los últimos años. Paulatinamente va mejorando la infraestructura física, el equipamiento de laboratorios, los servicios de cómputo, el servicio de bibliotecas, etc. La aplicación de programas del gobierno federal (estímulo a la carrera docente, apoyo a la profesionalización del personal docente, apoyo a la infraestructura para la docencia y la investigación) ha impactado de forma positiva la calidad del trabajo académico. Existe más profesionalización y más y mejor producción por parte de los profesores-investigadores universitarios que la que había hace veinte o treinta años. Contamos con una gran población estudiantil, lo que, en términos sólo cuantitativos, es ya un índice de la importancia social y del impacto cultural de nuestra institución.

c) Pero probablemente el mayor valor de nuestra Universidad radica en su honda raigambre popular, en su generosa disposición y capacidad para recibir y apoyar a un buen número de estudiantes de bajos recursos económicos, provenientes no solamente de la región sino del país entero. Como se ha dicho con justa razón, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo es, por la conformación de su población, por el impacto de sus egresados, por su espíritu de apertura, y por la trascendencia de su legado e identidad ideológica, una de las pocas universales nacionales de nuestro país.

d) La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo sigue siendo y seguirá siendo el mayor patrimonio cultural del Estado de Michoacán. Su impacto social, cultural, educativo, ideológico, etc., es clave en la configuración y el desarrollo de nuestro Estado. Nuestra institución goza de un amplio reconocimiento por la sociedad michoacana, la cual espera y esperará siempre de su Universidad lo mejor de ella.

Debilidades:

3 Roger Bartra, "Poder, cultura y universidad", en Id., Oficio mexicano, México, Grijalbo, 1993, p. 59.

La reforma de la Universidad. Condiciones, cualidades y objetivos generales

a) Como ya observaba el controvertido filósofo Friedrich Nietzsche: cuando no se sabe actuar y crear en el presente, la "conciencia histórica" puede convertirse en un lastre para la vida del espíritu, de las sociedades y de las instituciones.4 Desafortunadamente nuestra Universidad tiene varios años viviendo de sus "glorias pasadas", manteniéndolas en la memoria sólo para "justificar" un presente de pobrezas, rutinas y carencias. Entre más necesitamos venerar el pasado en actos oficiales y ritos cívicos, más alejados nos encontramos de él _de su verdad, de su impulso_ y más limitado y poco apreciable resulta nuestro presente. Este "conservadurismo", este "conformismo", resulta la mayor deficiencia de nuestra institución. Se expresa en la forma del amplio rezago que padece la Universidad en los diversos órdenes de su funcionamiento: rezago académico, rezago administrativo, rezago normativo. Hemos quedado desfasados respecto a las diversas dinámicas de nuestro tiempo y nuestra sociedad: de las dinámicas del conocimiento y el desarrollo cultural, de las dinámicas sociales y políticas de nuestro país, de las dinámicas funcionales y organizativas de las instituciones. El desánimo y la apatía cunden desde hace unos años en nuestra Universidad: estudiantes que no estudian, profesores que no enseñan, directivos que no dirigen. La educación pública está por convertirse en una farsa generalizada.

b) A partir de la década de los setenta la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo vivió un crecimiento espectacular en cuanto a población, personal docente y recursos. No obstante, este crecimiento ha sido en general no planeado y en algunos casos caótico. Al carecer de un Plan de desarrollo institucional coherente, y de una política de planeación sustentada en una política académica, el crecimiento de la Universidad ha sido más el producto de decisiones políticas, presiones de grupos o incidencias circunstanciales, que el resultado de un trabajo de investigación y reflexión seria sobre las necesidades del contexto social y los objetivos y orientaciones de la actividad universitaria.

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c) Uno de los resultados de lo señalado en el inciso anterior es el hecho de que nos encontramos ante una Universidad desarticulada y atomizada, sin coordinación ni integración interinstitucional. Muchas dependencias universitarias (escuelas, facultades, institutos, departamentos, centros, oficinas de la administración) se convierten en cotos cerrados ya no se diga a la vinculación con el exterior sino a las relaciones con otras dependencias o con los miembros de la propia comunidad universitaria. Cada vez más la Universidad se convierte en un mero conglomerado y cada vez más se desdibuja el ser de una verdadera comunidad universitaria, viva y actuante.

d) Como muchas universidades públicas del país, nuestra Universidad se encuentra cotidianamente subordinada a los vaivenes de las políticas educativas del gobierno federal, lo que afecta su posición como institución autónoma y su capacidad para responder a los problemas y necesidades de su entorno. La Universidad se encuentra en una grave situación de descontextualización, aislamiento y desfase respecto a su realidad concreta. La comprensión de esta realidad y la capacidad de integración a ella por parte de la Universidad se encuentra reducida a sus mínimas expresiones. En general, los aportes sociales y culturales de nuestra institución a la sociedad michoacana resultan bastante limitados, considerando las necesidades y dinámicas de esta sociedad y las potencialidades y recursos con que contamos.

e) La deficiencia más significativa, y más grave, de nuestra Universidad tiene que ver con la baja calidad de los resultados de sus funciones sustantivas: bajo nivel académico; egresados con una preparación mediocre; falta de capacitación, actualización y responsabilidad institucional del personal académico y administrativo; investigación científica con resultados menudos; difusión cultural limitada y sin criterios rectores; ausencia total de una política de

4 Cfr. F. Nietzsche, Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida [II intempestiva], tr. G. Cano, Madrid, Biblioteca Nueva, 1999. Sobre el tema educativo, ver del mismo autor: El porvenir de nuestras escuelas, tr. C. Manzano, Madrid, Tusquets, 1977.

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extensión universitaria. La administración universitaria tiende a burocratizarse y a sobreponerse a las funciones sustantivas de la Universidad. Cada vez más las decisiones importantes de la vida universitaria se realizan atendiendo puramente a criterios políticos, de conveniencia personal, o bien a criterios meramente laborales. El criterio académico, como principio rector de las tareas y acciones de la Universidad, brilla por su ausencia.

III. Cualidades de la Reforma Universitaria.

De acuerdo con lo anterior, es necesario y urgente que iniciemos una REFORMA de nuestra Universidad que cumpla las siguientes características:

a) La reforma debe ser INTEGRAL, es decir, abarcar sistemáticamente todos los aspectos del quehacer universitario: académico, administrativo y jurídico. En lo académico debe contemplar la redefinición estructural de las funciones sustantivas de la Universidad: docencia, investigación, difusión cultural y extensión universitaria. En lo administrativo debe comprender la modernización y racionalización de la organización institucional, la estructura administrativa, el manejo de recursos y la planeación universitaria. En lo jurídico-político debe contemplar una reforma de la Ley Orgánica que incluya nuevas perspectivas en filosofía educativa, procedimientos claros para la elección de las autoridades y el establecimiento de mecanismos que equilibren la autoridad y permitan el control administrativo y financiero. Debe realizarse igualmente la actualización del Estatuto y los reglamentos generales de la Universidad.

b) La reforma debe ser FUNDAMENTADA, es decir, estar basada en procesos de investigación educativa, tanto en el análisis y la reflexión, como en el diagnóstico y la evaluación rigurosa de las condiciones, carencias y posibilidades de nuestra universidad.

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La reforma no puede ser el resultado de simples negociaciones y acuerdos de grupos y personas; debemos evitar politizarla en exceso y que se convierta en un campo de discusiones dispersas, interminables e ineficaces, modalidad con la que se disfraza en verdad una voluntad de "anti-reforma". Debemos hacer de la reforma universitaria un proceso académico de autorreflexión intelectual, de ejercicio conjunto del pensamiento crítico y la imaginación creadora.

c) La reforma debe ser DEMOCRÁTICA, es decir, debe ser el resultado de un proceso de participación, análisis y discusión de la comunidad universitaria en su conjunto y en sus diversos sectores. Esto es, la exigencia señalada en el inciso anterior no debe entenderse en el sentido de que se trate de realizar una reforma "desde arriba", como un mero trabajo de expertos y un simple ejercicio de autoridad. Una concepción así daría al traste cualquier intento de transformación seria y profunda de la Universidad. La reforma debe ser un proceso fundamentado y orientado, pero debe venir "desde abajo", incluyendo la comprensión y el compromiso real de todos los universitarios a favor de la transformación y superación de su institución.

d) La reforma debe ser ABIERTA, es decir, además de ser un proceso permanente, debe ser un planteamiento atento a los juicios, las expectativas y las recomen-daciones del resto de la sociedad, de sus diversas instituciones y sus diversos sectores. Para ir hacia una Universidad más dinámica e integrada a su contexto debemos empezar por realizar una reforma que tome en cuenta de forma prioritaria ese contexto y busque la manera de hacerlo partícipe en el proceso de cambio.

IV. Objetivos de la Reforma Universitaria.

¿Hacia dónde queremos ir? ¿Qué tipo de Universidad deseamos? La reforma debe ser un proceso dirigido en torno a ciertos objetivos, mismos que deben expresar tanto los propósitos y valores que motivan la voluntad de cambio como las respuestas que

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consideramos viables para enfrentar las deficiencias de nuestra institución y garantizar la realización máxima de sus potencialidades; que deben expresar, pues, el ideal de superación de nuestra Universidad (nuestro modelo de Universidad). De esta manera, cabe definir los siguientes objetivos generales de la reforma:

a) Actualización: la reforma debe proponerse actualizar a nuestra Universidad en todos los aspectos relacionados con el cumplimiento de sus funciones sustantivas. Para combatir el rezago institucional que padecemos debemos empezar por una redefinición de nuestra filosofía educativa, es decir, de los principios y orientaciones, de los valores y propósitos, que deben orientar nuestra actividad académica, y que han de concretarse en la actualización de planes de estudio y metodologías, y en la definición de programas de capacitación docente, políticas de vinculación y planeación universitaria, políticas de investigación científica, de difusión cultural y de extensión universitaria. En todos los casos, debemos buscar hacer valer los principios constitutivos de nuestra institución, esto es, saber guardar el proyecto cultural y humanístico-universal que la define. A la vez, debemos saber ponernos al día en cuanto a los desarrollos recientes del conocimiento científico y tecnológico, y en cuanto a la nueva configuración de las prácticas profesionales; hemos de abrirnos a los nuevos horizontes del pensamiento, la filosofía, la teoría política y la reflexión ética; comprender e integrar las nuevas visiones y prácticas socio-culturales: el multiculturalismo, el feminismo, la política ecológica, la defensa de los derechos humanos, las luchas en contra de la injusticia, la marginación social y la discriminación. Así pues, debemos volver a colocar a la Universidad a la vanguardia del pensamiento, el quehacer cultural y el movimiento social.

b) Sistematización: la reforma debe permitirnos establecer un modelo de organización institucional coherente y funcional, y una ordenación normativa actualizada y consistente con la dinámica efectiva de la Universidad. Es necesario alcanzar una integración inter-universitaria plena tanto institucional como funcional, es decir,

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tanto en lo que se refiere a la interacción sistemática entre las distintas dependencias universitarias (escuelas, facultades, institutos) como en lo que se refiere al desarrollo armónico de las distintas funciones sustantivas de la universidad (buscando la retroalimentación entre la docencia, la investigación, la difusión cultural y la extensión universitaria). Por otra parte, es necesario también alcanzar la plena interrelación entre la administración central y la comunidad universitaria, bajo el principio normativo de que es la administración (las funciones "adjetivas") la que debe estar al servicio de la academia (las funciones "sustantivas" de la Universidad) y no al revés. Todo esto debe quedar reflejado en la actualización del marco normativo de la Universidad (Ley orgánica, estatutos, reglamentos generales, reglamentos específicos, etc.), en la reorganización y reordenación administrativa de nuestra institución, y en la elaboración de planes y programas de desarrollo institucional.

c) Racionalización: la reforma debe llevarnos al establecimiento de mecanismos institucionales de evaluación y control, tanto del uso de los recursos universitarios como del cumplimiento de las obligaciones institucionales. Debemos cuestionar y abandonar el manejo incorrecto del significado de la "autonomía" universitaria: como mero pretexto para justificar el incumplimiento, el atraso, la cerrazón, el patrimonialismo y la instrumentalización de la Universidad. Nuestra comunidad tiene la obligación de dar cuenta del uso que hace de los recursos que recibe así como de la calidad de los resultados obtenidos. No es una obligación sólo con el gobierno y las instancias institucionales: es ante todo una obligación con la sociedad que provee tales recursos y demanda aquellos resultados. Y no es una obligación sólo de tipo legal sino, ante todo, de tipo moral: en un país de profundos carencias como el nuestro, y que proporcionalmente destina grandes apoyos a la educación, resulta hasta una afrenta el despilfarro y el incumplimiento sistemáticos.

d) Contextualización: la reforma debe llevarnos a tener una

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Universidad más integrada a su medio, con mayor capacidad de incidencia en el contexto estatal. Sin menoscabo de la autonomía universitaria, necesitamos superar la condición de una Universidad aislada que sólo establece relaciones con el exterior de forma indirecta o circunstancial. La relación debe ser clara y sistemática, pero debe estar definida a partir de los principios y las orientaciones del quehacer universitario. Esta vinculación puede considerarse en varios niveles y en distintos momentos: 1) hacer de la Universidad no solamente una promotora del desarrollo social y cultural del estado sino una orientadora del mismo, de acuerdo con los resultados del pensamiento crítico y conforme a los valores más preciados de la reflexión humanística y social (justicia, igualdad, equidad, solidaridad, autonomía, libertad); 2) planear y organizar el desarrollo de la Universidad (creación de nuevas unidades profesionales, de nuevas carreras, aprobación de proyectos de investigación y de programas de difusión cultural y extensión) tomando en consideración las necesidades y dinámicas del contexto estatal, tanto en la diversidad de instituciones y sectores como en la diversidad de zonas y regiones; 3) promover en la actividad educativa (desde el bachillerato hasta el posgrado) el conocimiento del medio social concreto y la reflexión crítica sobre nuestra realidad contemporánea; 4) ampliar y sistematizar los vínculos específicos de la Universidad con el sector productivo de la región, tanto con el fin de ofrecer servicios de apoyo a la sociedad como con el de obtener beneficios para la institución (ingresos propios, aprendizaje); 5) impulsar el desarrollo de investigaciones y reflexiones de corte social-humanístico que permitan a los universitarios incidir teórica y críticamente en la dinámica socio-política y cultural de la región; 6) iniciar un ambicioso programa de servicio social comunitario (crear el servicio social del bachiller; promover acciones de servicio social comunitario por parte estudiantes becarios; mejorar el servicio social profesional) que promueva en los estudiantes universitarios una mayor sensibilidad y conciencia social y permita regresar a la sociedad, particularmente a los sectores sociales más desprotegidos, algo de lo que se le debe.

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e) Democratización: la reforma debe favorecer la formación ciudadana de los estudiantes universitarios, enalteciendo y trasmitiendo los valores de la convivencia cívico-democrática _diálogo, búsqueda de consensos, tolerancia y respeto a las diferencias_, y debe garantizarse el derecho de los universitarios a participar en los procesos internos de la organización y el gobierno universitarios. En un sentido político estricto, debemos establecer mecanismos de elección de las autoridades universitarias (el Rector, los directores, etc.) que permitan combinar el espíritu democrático con la salvaguarda de la naturaleza propia de la Universidad (principios académicos, objetivos culturales). En un sentido amplio, debe entenderse por democratización de la Universidad la reivindicación como los auténticos "sujetos" del quehacer universitario a los sujetos concretos de los procesos académicos _alumnos, profesores, investigadores, trabajadores, universitarios en general_ con la potestad y la posibilidad para decidir sobre el sentido y destino último de su institución. La Universidad es de quien estudia, de quien educa, de quien investiga; de quien produce saber y crea cultura.

Dr. Mario Teodoro Ramírez

Secretario General de la UMSNH