En 1840, el ingeniero inglés John Manby vino a Asturias comisionado
por un grupo de financieros británicos para informar sobre los yacimientos
hulleros del Principado de Asturias. Como resultado de su favorable
informe, se funda en el año 1844 la compañía Asturiana
Mining Company, con el objetivo de explotar minas
de carbón y crear establecimientos siderúrgicos.
Desde
ese momento Asturias se convirtió en la tierra prometida para miles
de trabajadores quienes, desde todas partes, dirigieron sus pasos
hacia las cuencas mineras.
La
fiebre del oro les dirigiría hacia California y Alaska, la fiebre
del hierro hacia Gales y el sur de Alemania, y la fiebre del carbón
les conduciría hacia las tierras del sur de Asturias. De esta forma,
la música de esta tierra es la música de muchas tierras. Por ellos,
sus canciones son las nuestras. Y nuestras las suyas.
Después
de un siglo y medio de industrialización, llegamos al nuevo milenio
con el inmenso PATRIMONIO de los sueños que quisieron forjar
y la realidad del territorio con el que se enfrentaron y con el que,
al final, acabaron mezclándose.
Texto:
Ismael Mª García Arias