Alberto Varillas, maestro gaitero de Asturias
   

José Blanco Alonso, "PEPE BLANCO"

Hijo de Pepe Blanco Fonseca y Belarmina Alonso García, nació el 17 de marzo de 1917 en el pueblo de Aveno, situado en la parroquia de Sanmartino - Vega de Poja, en el concejo asturiano de Siero.

Su padre fue un gaitero de gran fama y prestigio en Siero, donde era popular con el sobrenombre de "Pepe la Luz", y vivía en La Collada. A su hijo también se le conoce como "Pepín, el de la Luz".

A los 8 años comenzó a dominar los "toques de aru" y "al parche" y se convirtió muy pronto en un fenomenal tamboriteru. Poco tiempo después, y a escondidas de su padre, empezó a tocar la gaita, imitando lo que ya había visto hacer a su progenitor. En 1927, al cumplir los 10 años, tocaba ya muy bien la gaita de su padre, quien aseguraba que costaba más de treinta duros, siendo este el motivo por el que no se la dejaba a su hijo Pepe. Claro está que él "la tomaba prestada" para animar a los vecinos de su collada en las épocas de la esfoyaza.

Junto al tamborilero José Viña formaron, durante 24 años, una de las "pareyas" más célebres de Asturias. Y Pepe Blanco fue uno de los más brillantes y eficientes embajadores del folclore asturiano y de la Asturianía. Recorrió toda España, y ha visitado 23 países, con largas estancias en México, Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana, Rusia, Egipto, Polonia, Italia, Suecia, Bélgica, Francia, Alemania y Portugal.

En las crónicas periodísticas de sus viajes se destaca su enorme labor como embajador del folclore astur. Logró, con su buenhacer musical y con su arte, emocionar a miles de asturianos repartidos por el mundo.

En la actualidad, Pepe Blanco, con sus 80 años ya cumplidos y resultándole excesivo el esfuerzo pulmonar para tocar la gaita, ha vuelto al instrumento con el que comenzó a interpretar la música tradicional asturiana: el tambor, del que es también un verdadero virtuoso... Con el tambor y sus enseñanzas continúa aún trabajando, ahora con el grupo de Coros y Danzas Jovellanos de Gijón del que es uno de sus fundadores.

Entre los numerosos reconocimientos que el gaitero ha venido recogiendo durante su dilatada carrera, se pueden mencionar el que le tributó el diario "El Comercio", junto con el Ayto. de Gijón en 1993, el del Centro Asturiano de la Habana en Gijón, el del Centro Asturiano de Castellón, la concesión de la primera insignia de oro del Grupo folclórico "Jovellanos", el Premio "Maíces de Oro" del grupo "Los Collacios", o más recientemente, el ofrecido por el Ayuntamiento de Gijón el 14 de abril de 1999 en el Teatro Jovellanos, con ocasión de lo que se vino a llamar "La Noche de la Gaita Asturiana".