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Amor, curiosidad, Prozac y dudas.
Lucía Etcheberría
(pequeño texto del libro del mismo título)

"No echamos de menos a las personas que amamos.Lo que echamos de menos es la parte de nosotros que se llevan con ellas.

Un día cualquiera en la vida siempre constituye una fecha señalada.Aunque no nos demos cuenta.Nos iremos a la cama con los ojos cansados y en la cabeza la sensación de qe hemos vivido un día exactamente igual a tantos otros.Sólo años más tarde nos daremos cuenta de la crucial importancia de aquella fecha en nuestras vidas.

Me enamoré porque era completamente distinto de la gente que me rodeaba.No iba por la vida a mil por hora.Leía los clásicos,escuchaba jazz,veía películas en la Filmoteca...No parecía acarrear ese aura de provisionalidad que caracterizaba a todo lo que me rodeaba.

Me encantaba su escritura,por ejemplo.Esas des que parecían bes y esas bes barrigonas e inacabadas que nadie sabía lo que parecían.Era una escritura desaliñada,imprecisa...Las manos huesudas,nerviosas.Los dedos larguísimos.Y la voz.La voz era suave y él arrastraba las palabras lentamente forzando siempre la última sílaba.Podría haberme dormido escuchándole.Me gusta la forma que tenía de manejar las cosas,los tenedores,los bolígrafos,los lápices.Los trataba con un cuidado exquisito,como si temiera que fueran a romperse.No como yo,que nunca trato con cuidado nada que caiga en mis manos y que ,efectivamente,soy muy dada a romper cosas.Esa tranquilidad,esa cotidiana parsimonia contrastaba tanto con el ritmo anfetamínico de mis amistades,y era tan desesperada mi necesidad de estabilidad,que irremediablemente tenía que sentirme atrída por su calma.

Me gustaba su sentido del humor,tan sutil que a veces resultaba imperceptible.Me gustaba el olor dulzón de su piel,la curva de su nuca,el tacto solidísimo de sus hombros.El gesto de concentración que dibujaban sus labios cuando,inclinado frente a su ordenador,se peleaba con las historias que no conseguía escribirMe gustaban todos los pequeños detalles que había aprendido a reconocer como familiares.Habría reconocido a ciegas sus pasos entre una multitud.Y todas esas pequeñas cosas que le identificaban y que componían su carnet de identidad eran para mí tan sagradas e inmutables como las letanías que había aprendido de paqueña.Me las sabía de memoria aunque jamás me parase a pensar en su significado.

La ignorancia es una traidora que se ha aliado con la imaginación.No se nada de él ni de lo que pueda hacer.¿Habrá escrito mucho?.¿Se habrá follado a otras?¿Me echará de menos?Dibujo mentalmente su imagen ,uniendo piezas.Primero los ojos de agua,el ceño infantil,acto seguido el cuerpo ,los pies enormes,las piernas largas,el torso compacto y robusto.No me lo imagino solo.Me lo imagino en fiestas con su sempiterna copa de whisky y una rubia remilgada colgada del brazo.

Y para mayor castigo,se añadía la vergüenza de sentirme inmadura,de saber que era presa de un sentimiento que todos mis terapeutas despreciaban unánimemente y que atribuían a una inseguridad neurótica.Yo siempre había llevado muy a gala el hecho de que era una chica moderna,independiente,una de esas chicas en cuyo vocabulario no entraba la palabra posesión.Autodestructiva,politoxicómana,maníaco depresiva,quizá.Celosa,no.

Le ví marcharse y no dije una palabra.Estaba verdadereramente harta de todo.De toda la gente que había utilizado su amor como arma.De toda la gente que me había jodido porque me quería.Quería desintegrarme.Pero existen tres razones para seguir adelante.Nadie me había besado así antes.Nadie me había follado así antes.Me temo que nadie lo volverá a hacer.

Por supuesto que salgo,de cuando en cuando,y bailo y flirteo y reparto por aquí y por allá ramalazos de belleza,de la belleza que aún me queda.Pero de momento,nadie ha pisado mi casa.

Y entretanto la vida se me va entre números y cuentas,documentos internos y disquettes de ordenador,y resulta difícil recordar que mi cerebro no está hecho de chips,que soy humana.

Aunque cada día se me note menos."

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