"No echamos de menos a
las personas que amamos.Lo que echamos de menos es la parte
de nosotros que se llevan con ellas.
Un día cualquiera en la vida
siempre constituye una fecha señalada.Aunque no nos demos
cuenta.Nos iremos a la cama con los ojos cansados y en la
cabeza la sensación de qe hemos vivido un día exactamente
igual a tantos otros.Sólo años más tarde nos daremos
cuenta de la crucial importancia de aquella fecha en nuestras
vidas.
Me enamoré porque era
completamente distinto de la gente que me rodeaba.No iba por
la vida a mil por hora.Leía los clásicos,escuchaba
jazz,veía películas en la Filmoteca...No parecía acarrear
ese aura de provisionalidad que caracterizaba a todo lo que
me rodeaba.
Me encantaba su escritura,por
ejemplo.Esas des que parecían bes y esas bes barrigonas e
inacabadas que nadie sabía lo que parecían.Era una
escritura desaliñada,imprecisa...Las manos
huesudas,nerviosas.Los dedos larguísimos.Y la voz.La voz era
suave y él arrastraba las palabras lentamente forzando
siempre la última sílaba.Podría haberme dormido
escuchándole.Me gusta la forma que tenía de manejar las
cosas,los tenedores,los bolígrafos,los lápices.Los trataba
con un cuidado exquisito,como si temiera que fueran a
romperse.No como yo,que nunca trato con cuidado nada que
caiga en mis manos y que ,efectivamente,soy muy dada a romper
cosas.Esa tranquilidad,esa cotidiana parsimonia contrastaba
tanto con el ritmo anfetamínico de mis amistades,y era tan
desesperada mi necesidad de estabilidad,que irremediablemente
tenía que sentirme atrída por su calma.
Me gustaba su sentido del
humor,tan sutil que a veces resultaba imperceptible.Me
gustaba el olor dulzón de su piel,la curva de su nuca,el
tacto solidísimo de sus hombros.El gesto de concentración
que dibujaban sus labios cuando,inclinado frente a su
ordenador,se peleaba con las historias que no conseguía
escribirMe gustaban todos los pequeños detalles que había
aprendido a reconocer como familiares.Habría reconocido a
ciegas sus pasos entre una multitud.Y todas esas pequeñas
cosas que le identificaban y que componían su carnet de
identidad eran para mí tan sagradas e inmutables como las
letanías que había aprendido de paqueña.Me las sabía de
memoria aunque jamás me parase a pensar en su significado.
La ignorancia es una traidora
que se ha aliado con la imaginación.No se nada de él ni de
lo que pueda hacer.¿Habrá escrito mucho?.¿Se habrá
follado a otras?¿Me echará de menos?Dibujo mentalmente su
imagen ,uniendo piezas.Primero los ojos de agua,el ceño
infantil,acto seguido el cuerpo ,los pies enormes,las piernas
largas,el torso compacto y robusto.No me lo imagino solo.Me
lo imagino en fiestas con su sempiterna copa de whisky y una
rubia remilgada colgada del brazo.
Y para mayor castigo,se
añadía la vergüenza de sentirme inmadura,de saber que era
presa de un sentimiento que todos mis terapeutas despreciaban
unánimemente y que atribuían a una inseguridad
neurótica.Yo siempre había llevado muy a gala el hecho de
que era una chica moderna,independiente,una de esas chicas en
cuyo vocabulario no entraba la palabra
posesión.Autodestructiva,politoxicómana,maníaco
depresiva,quizá.Celosa,no.
Le ví marcharse y no dije una
palabra.Estaba verdadereramente harta de todo.De toda la
gente que había utilizado su amor como arma.De toda la gente
que me había jodido porque me quería.Quería
desintegrarme.Pero existen tres razones para seguir
adelante.Nadie me había besado así antes.Nadie me había
follado así antes.Me temo que nadie lo volverá a hacer.
Por supuesto que salgo,de
cuando en cuando,y bailo y flirteo y reparto por aquí y por
allá ramalazos de belleza,de la belleza que aún me
queda.Pero de momento,nadie ha pisado mi casa.
Y entretanto la vida se me va
entre números y cuentas,documentos internos y disquettes de
ordenador,y resulta difícil recordar que mi cerebro no está
hecho de chips,que soy humana.
Aunque cada día se me note
menos."