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Tratado evangélico sober la lectura

   Como se reuniera una gran multitud y se acercaran a Jesús desde todas las ciudades, les dijo en parábola: “Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrar, una parte cayó junto al camino; fue pisoteada, y las aves del cielo se la comieron. Otra cayó en un pedregal y, ya nacida, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre espinos y, creciendo con ella los espinos, la sofocaron. Y otra cayó en tierra buena y, nacida, dio fruto centuplicado”. Dicho esto, exclamó: “¡Quien tenga oídos para oir, que oiga!”
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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