Pablo Cabado empezó a los 20 años a fotografiar. Entonces no tenía
muy claro lo que buscaba en sus imágenes, lo que sí sabía era que le gustaba
lo que hacía Cartier Bresson y Robert Frank. Y
como casi todos comenzó con cámaras de 35 mm. Por sus manos
pasaron Leica, Contax…
Se fue a
Cuba y realizó este trabajo que aquí mostramos precisamente con
una de estas cámaras, a la que montaba un gran angular y una lente
normal.
En aquella ocasión optó por utilizar blanco y negro, que es con
lo que trabaja normalmente, porque lo consideraba más apropiado al tema.
Así que en en país caribeño tiró de Ilford HP5 y Kodak
Tri-x. No obstante nunca ha renegado del color, de hecho actualmente
esta haciendo una serie en diapositiva color.
¿Flash? Sí, ocasionalmente utiliza un pequeño flash de relleno.
"Generalmente no conozco a la gente que fotografío. Entro en contacto cuando algo de alguna situación me interesa y trabajo casi al límite de la puesta en escena" confiesa este fotógrafo argentino que busca en sus imágenes "algo que exceda a la misma imagen, a la propia situación".
Como asegura Pablo "no me interesa ni lo informativo ni lo anecdótico, ni contar ninguna historia. En general me siento más cerca de los interrogantes que de las respuestas".
Ahora este fotógrafo, que rechaza los rótulos de fotoperiodista, fotógrafo de viajes y artista, trabaja en formato 6x7 porque sus fotos generalmente son grandes (1 x 1,50 metros). Ha abandonado las 35 mm. por dos cuerpos Mamiya 7.
Philip Lorca Di Corcia, Jeff Wall y Hiroshi Sugimoto son algunos de los autores que más le gustan y "sí, sigo sin tener muy claro qué es lo que busco específicamente, pero pongo todo mi empeño en ello".