Mientras el indicador se mueve agresivamente, Sofía toma nota de cada letra señalada: Y.O-N.O- S.O.Y- N.O.V.I.O- N.I- D.E- T.U- P.U.T.A- M.A.D.R.E-. “¿Quién eres?”, pregunta nuevamente Norma. N.O- T.E- V.A- A- G.U.S.T.A.R- S.A.B.E.R- Q.U.I.E.N- S.O.Y- P.E.R.R.A. De pronto, Emmanuel se convulsiona. Norma se acerca y es sorprendida por la fuerza de su novio, quien se incorpora y la toma del cuello. La mirada de Emmanuel es irreconocible. Fernando trata de evitar que la asfixie. La temperatura baja repentinamente.
Sol corre a la cocina por agua. La bendice y moja a Emmanuel, quien grita con una voz que no es la suya, muy ronca: "¡No me mojes con esa mierda, me estás quemando, puta!" Emmanuel se queja, cae de espaldas con los ojos en blanco. Vomita bilis. Su mirada, ahora confusa, es la de siempre. No recuerda nada. Se desmaya. Cuando Carlos llega a la casa ubicada en la calle de Cañitas, en la colonia Popotla de la ciudad de México, Sofía le narra el episodio. Molesto, confuso, preocupado, Carlos pide una explicación a su hermana Norma y a su amigo Fernando. Temerosos, deciden dormir todos en el mismo cuarto, junto con los hermanos de Carlos: Luis, de 14 años y Jorge, de 12. Durante la madrugada, Carlos siente que algo se desliza por debajo de las sábanas, entre él y su esposa embarazada. Un olor fétido inunda la habitación ...
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No. 50 / Diciembre de 1999
