Ese día, los ciudadanos hemos sido convocados a cumplir con una obligación básica -quizá la más noble de todas-, la de votar y ejercer el derecho de elegir a los hombres que nos representen en la Presidencia y en las cámaras legislativas. Sin embargo, ahora la decisión no será fácil.

Como nunca, este proceso se desarrolla en un ambiente donde se conjugan el vacío ideológico, la confusión, la mentira, la simulación, las descalificaciones y el oportunismo; donde están ausentes las ideas, las propuestas y los programas...