Debido a que el condón usado durante el acto sexual se rompió, la mujer presentó una demanda por daños y perjuicios contra la compañía que fabrica los preservativos Durex, ante el Tribunal Superior de Londres. Marina Richardson, de 36 años, solicitaba el pago de casi 200 mil dólares de indemnización. En el transcurso de 3 días, los condones fueron sometidos a toda clase de pruebas científicas para detectar las posibles causas de la rotura. Las audiencias estuvieron salpicadas de detalles escabrosos sobre la forma en que el condón se agujeró, como por ejemplo que el escarceo sexual donde participó la joven duró cuatro minutos y tuvo lugar la tarde de un sábado de mayo de 1995.
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Núm. 58 / Julio 2000
