NORMA INES RIVERA

Queridas amigas y amigos, este número de su revista Gentesur es muy especial para los que en ella colaboramos, porque cumplimos cinco años de llegar mes con mes hasta ustedes. Queremos agradecer sus cartas, sus críticas y sobre todo, su preferencia. Trabajamos para ustedes, es por ello que hemos querido darle a esta sección un nuevo rostro, así que a partir de este número abordaremos en ella, además de la moda, temas de interés y actualidad. Y sin lugar a duda, uno de los temas que más nos interesa, es el de las relaciones con los hijos, sobre todo cuando éstos son adolescentes y sienten que nadie los comprende.

Es frustrante darse cuenta que ellos depositan más fácilmente su confianza, alegrías y temores en sus amigos, -que aunque con buenas intenciones, muchas veces están más desorientados- que en sus propios padres. La adolescencia es una de las etapas más conflictivas y difíciles de manejar, tanto para los padres como para los propios adolescentes porque éstos están en busca de su propia identidad y se rebelan ante cualquier disciplina paterna. Y nosotros como padres, no debemos pasar por alto que hace tiempo también sentimos la misma rebeldía y confusión, y seguramente –aunque no nos convenga recordarlo- pensamos que nuestros padres no nos comprendían porque ya estaban pasados de moda y eran incapaces de entender nuestros deseos.