Juárez Cisneros señaló que el PRI “no es propiedad de nadie” sino de “los más de 13.5 millones de mexicanos que votaron por el partido el pasado 2 de julio”. Para el mandatario estatal, se requiere en el marco del proceso de reestructuración del tricolor “mantener la unidad en torno a la dirigencia nacional y actuar con serenidad y madurez para lograr renovar al partido frente a los nuevos tiempos políticos del país”.

“El proceso de selección interna para elegir al dirigente nacional debe ser democrático, abierto, donde los militantes se pronuncien por quien más les convenza y por el rumbo que debe tomar el tricolor en el futuro”, expuso y se manifestó contra el hecho de que este asunto se sujete a “la ambición o intereses políticos de unos cuantos”. Consideró que “nadie puede erigirse como profeta ni iluminado” y que “nadie tiene la verdad absoluta al interior de nuestro partido”. En tono enfático expuso que “la simulación, la soberbia y el protagonismo le han hecho mucho daño al PRI en el pasado”.