Kosovo y los "Soro's boys"

Desde principios de 1998 los habitantes de origen albanés en Kosovo, provincia deYugoslavia, libran una guerra contra el gobierno central. Esta guerra sólo se puede comprender a partir de la política imperialista yanqui y europea para disgregar a Yugoslavia. "Divide y reinarás" dice el viejo adagio aplicado por el imperialismo que en la última década consiguió que Croacia, Eslovenia, Bosnia Herzegovina y Macedonia se fraccionaran en pequeños y débiles estados al "independizarlos" de la antigua Yugoslavia. Para imponer la restauración capitalista en los estados obreros, el imperialismo no sólo usa la reacción basada en los mecanismos de la democracia burguesa. Cuando no alcanza con la reacción democrática, utilizan la guerra y la invasión.

En 1989, como parte de los procesos del este europeo, estudiantes y trabajadores de esta provincia se levantaron contra reformas del gobierno de Milosevic que le quitaban autonomía. El levantamiento fue reprimido violentamente dejando decenas de muertos y centenares de heridos.

Después de aplastar el levantamiento el gobierno central anuló la autonomía de la provincia de Kosovo. Esta pérdida de autonomía fue seguida del despido de todos los habitantes de origen albanés de la burocracia provincial, el ejército, la policía, la dirección de los hospitales y la universidad.

Desafiando la represión, en 1992 emergió "ilegalmente" un Parlamento, que proclamó la República. Bajo la dirección de la Liga Democrática del Kosovo, presidida por Ibrahim Rugova, iniciaron la vía de la negociación y la "resistencia pacífica". Sin embargo el gobierno yugoslavo se negaba a cualquier tipo de concesión democrática y fomentaba (en competencia con toda la oposición "democrática y la extrema derecha fascistizante" de Vojislav Seselj) un fuerte chauvinismo anti-albanés, como forma de desviar el descontento de las masas yugoslavas y poder conservar el poder. La respuesta de los "ilegales" fue la creación de una vasta red, muchas veces clandestina de escuelas y periódicos en idioma albanés, ateneos privados, un sistema sanitario y de seguros sociales paralelos. Finalmente a principios de 1998, una fuerza militarizada que luce en sus uniformes el escudo con el águila de dos cabezas de Albania, llamado Ejército de Liberación Nacional de Kosovo, entró en acción.

Los habitantes de origen albanés en Kosovo obtuvieron parte del aporte económico para este desarrollo paralelo de los emigrados. Medio millón de ellos viven en el exilio europeo y otros cuatrocientos mil en Estados Unidos. Esta emigración de casi un millón de personas, enorme en relación al millón doscientos mil que habita en Kosovo, cotiza el 3% de sus ganancias para la guerrilla y permanentemente se moviliza entre los círculos de poder. Sin embargo el dueño de "la manija", el que decide políticamente y motoriza la "independencia" como su negocio es George Soros, un importante líder de grupos capitalistas internacionales. A través de una fundación que dirige cotidianamente financia gran parte de "la independización". Además de todo tipo de "inversiones", como equipo militar para la guerrilla, son suyos los tres diarios en albanés y uno en inglés que se editan en Pristina.

Al igual que en las maniobras para "independizar" a Bosnia Herzegovina, junto al comienzo de las acciones del ejército guerrillero comenzó una campaña "humanitaria", acción psicológica, en la prensa internacional para dar reconocimiento político y justificar la intervención de la OTAN, el aparato militar del imperialismo.

Para entablar negociaciones se organizó el Grupo de Contacto que integran Rusia, único apoyo de Slobodan Milosevic, presidente de Yugoslavia, y los gobiernos imperialistas de Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia. Este Grupo de Contacto es el garante de las negociaciones que actualmente se llevan a cabo en Rambouillent, Francia, que están respaldadas en el territorio yugoslavo por una fuerza de 1.300 "verificadores" de la tregua pertenecientes a la OCDSE (organización de cooperación y seguridad integrada por los países europeos,EEUU y Canadá) que son dirigidos por el yanqui Willam Walker.

Las negociaciones no están centradas en la autonomía de Kosovo, la que sería ampliamente reconocida por el gobierno de Milosevic, tal como consta de las rondas en el palacio de Rambouillet, sino en la "independencia". El gobierno central rechaza tanto un referéndum sobre la independencia como que entren a territorio Yugoslavo 28.000 soldados de la OTAN (cuatro mil yanquis) que están desembarcando en Skopie, capital de la antigua provincia yugoslava de Macedonia, y en el puerto griego de Salónico. La importancia que tiene esta concentración imperialista estuvo dada por la visita que el premier francés Jacques Chirac realizó el 28 de febrero a Skopie para saludar a las tropas y "conversar" con los líderes separatistas.

Tal como ya lo anunció Clinton al amenazar con bombardeos si el gobierno central de Yugoslavia no cede, la acumulación de tropas imperialistas no es sólo una amenaza simbólica: si llegan a un acuerdo las tropas entrarán para garantizar la "paz", formando una línea de interposición; si no lo hacen entrarán luego de los bombardeos para imponer la "independencia". Entrarán o entrarán es la alternativa que dan los "humanitarios" imperialistas.

La figura principal del imperialismo para las negociaciones es la Secretaria de Estado yanqui, Madeleine Albright. Cuenta para esto con el jurista yanqui Paul Williams, su compatriota Marshall Harris, el profesor alemán Mark Heller y Morton Abramowitz, presidente de la comisión internacional que asesora a George Soros. No casualmente los miembros de este equipo, que ofician de asesores diplomáticos de la delegación albanesa, son conocidos en el palacio de Rambouillet como "The Soro boys" (los "muchachos de Soros").

Los socialistas revolucionarios reconocemos el derecho de los habitantes de origen albanés del Kosovo a su plena autonomía y a gozar de todas las libertades democráticas. Pero este no es el centro de la disputa actual. El centro es la política de rapiña, saqueo y avasallamiento del imperialismo.

Sin depositar un gramo de confianza en Milosevic ni en Rugova, ante el ataque del imperialismo llamamos a combatirlo como al peor enemigo mundial de las libertades y el derecho a la autodeterminación nacional. Las masas de Kosovo deben constituir consejos de trabajadores y campesinos, como los que surgieron en el sur de Albania en 1997. Este es el camino hacia una insurrección que garantice la verdadera autodeterminación de los albaneses de Kosovo y no la "independencia" de la federación yugoslava. Para hacerlo, frente a la dirección pro-imperialista y desmovilizadora de Rugova y a la chauvinista de Milosevic, las trabajadores tienen además el reto de dotarse de un partido obrero revolucionario.

abril de 1999

 

 La actual Yugoslavia

En el siglo VI se constituyó el Reino Autónomo de Serbia, conformado por los territorios de Macedonia, Montenegro y lo que hoy se conoce como Bosnia-Herzegovina. En el siglo XII se suma la región del Kosovo. En 1389 se constituyó el Reino Autónomo de Montenegro, étnicamente de origen serbio. Dicho reino sirvió de marca fronteriza entre el cristianismo y el Islam, y por esta razón su territorio fue protagonista de infinidad de batallas. En 1459 cayó bajo la dominación del Imperio Otomano. En 1878, tras una dura guerra contra los turcos, logró su liberación. En 1918 se conformó el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, incluyendo a Montenegro, y en 1929 constituyeron el Reino de Yugoslavia. Con la ocupación del fascismo en la II Guerra Mundial, Serbia fue anexada a Alemania. Su población fue la más sacrificada con la ocupación, pero también la más entregada a la lucha de resistencia y factor decisivo en la derrota y expulsión del imperialismo alemán. Luego de la segunda guerra mundial se convirtió en un estado obrero. Actualmente la República Federativa de Yugoslavia -RFY (suprimieron el término"Socialista") está conformada por las repúblicas de Serbia y Montenegro y por las provincias de Kosovo y Volvodina. Con su nueva Constitución adhieren a la democracia parlamentaria, la "economía de mercado" (capitalista) y reconocen todos los compromisos de la anterior "República Federativa Socialista de Yugoslavia" -RFSY-, como la deuda externa imperialista.

* Serbia: Capital: Belgrado. Población: 5.600.000 habitantes. La mayoría (4.800.000), serbios; el resto, pertenecientes a otras nacionalidades.

* Montenegro: Capital: Titogrado. Población: 500.000 habitantes. La mayoría (400.000), montenegrinos, y el resto de la población pertenece a otras nacionalidades.

* Kosovo: Capital: Pristina. Población: 1.500.000 habitantes. Albaneses, 1.200.000; serbios, 210.000; musulmanes, 58.000; montenegrinos, 27.000, y el resto, croatas, macedonios y eslovenos.

* Volvodina: Población: 2.000.000 de habitantes. Serbios, 1.100.000; croatas, 109.000; montenegrinos, 43.000; macedonios, 18.000; musulmanes, 4.900, y eslovenos, 3.400.

EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN NACIONAL Y NUESTRA LUCHA POR LA DESTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS NACIONALES

Debido a la supervivencia del imperialismo y como parte esencial del conjunto de consignas democráticas nuestra lucha por el derecho a la autodeterminación de las naciones y nacionalidades oprimidas ha adquirido una importancia fundamental. Luchamos por la independencia de una nación geográficamente independiente. Por ejemplo, estamos por la independencia de Angola, Mozambique, la India o Martinica. Es decir, no sólo estamos por el derecho a la autodeterminación nacional sino por la autodeterminación nacional de toda colonia de su imperio. De la misma manera, estamos por la liberación nacional de las semicolonias, es decir por la ruptura de los pactos colonizantes que cualquier país independiente atrasado tiene con el imperialismo -como, por ejemplo, la OEA o los pactos colonizantes del imperialismo francés con sus ex-colonias que hay día lograron la independencia política-. Estamos por la independencia nacional en las colonias y por la liberación nacional en las semicolonias.

Pero esta política con respecto a los países geográficamente independientes no la tenemos respecto a las nacionalidades oprimidas dentro de un país geográficamente unido. Nuestra política en estos lugares es por el derecho a la autodeterminación nacional y no por la independencia nacional y la liberación nacional. Porque en este caso no se trata de una colonia o semicolonia, sino de una nacionalidad oprimida. El derecho a la autodeterminación nacional es una consigna algebraica que se llena de distintos contenidos de acuerdo al proceso de la lucha de clases dentro del estado nacional.

Defendemos el derecho del pueblo vasco a independizarse si así lo quiere, pero esto es distinto a que nosotros luchemos por su independencia. Defendemos el derecho a la autodeterminación nacional de toda nacionalidad oprimida porque defendemos a todo sector explotado de sus explotadores, aunque no coincidan con nuestra política. De la misma manera defendemos a los campesinos, sean cuales fueran sus consignas, de la explotación del terrateniente. Por eso defendemos toda nacionalidad oprimida de la explotación del imperialismo y del capitalismo nacional. Pero no hay que confundir esa defensa con nuestra política. Consideramos la existencia de todo estado nacional como un gran progreso histórico y no queremos retroceder a la balcanización de los actuales estados nacionales, a su división en múltiples estados nacionales liliputienses de cada nacionalidad oprimida. Nuestra política estratégica es lograr la unidad del proletariado español y su independencia política, para que enfrente a la burguesía. El derecho a la autodeterminación nacional está supeditado a esa lucha nuestra por lograr la unidad y la independencia política del proletariado español. Estamos por la unidad del proletariado canadiense y por su independencia política para enfrentar y derrotar a la burguesía canadiense en el gobierno. Esa unidad hay que lograrla cualquiera sea la lengua que hablen los obreros. Esa era la política de Lenin en la Rusia de los zares. Luchaba por el derecho a la autodeterminación nacional, pero supeditaba la lucha por este derecho a la unidad de todo el proletariado de Rusia, independientemente de la lengua que hablaba, la religión en la que creía o la cultura que tenía. Nuestra lucha en Canadá es contra el capitalismo canadiense en su conjunto -hable francés o inglés- y por la unidad de toda la clase obrera canadiense. Esta es la tarea suprema de un partido trotskista, y la lucha por el derecho a la autodeterminación nacional queda supeditada a ella.

En circunstancias excepcionales, por ejemplo si hay un gran movimiento de masas que lucha por la independencia, apoyamos críticamente esa lucha de masas, como apoyamos críticamente toda movilización de masas contra los explotadores, la burguesía y el estado opresor. Pero críticamente significa que ni bien derrotemos al poder central continuaremos en la lucha sistemática por la unidad del proletariado de esos países planteando la Federación Estadual.

Nuestra lucha histórica es por la destrucción de los estados nacionales para lograr naciones mucho más poderosas que las que logró el capitalismo y por último la unidad de los continentes y el mundo. Por eso nunca podemos estar por ese tremendo retroceso de las fuerzas productivas que significaría el surgimiento de nuevos estados nacionales con fronteras y aduanas independientes. Nuestra gran consigna es Por el derecho a la autodeterminación nacional dentro de federaciones de estados obreros socialistas que formen naciones cada vez más amplias. Esta es nuestra gran consigna, en la que combinamos la necesidad de la destrucción de los estados nacionales de la burguesía opresora con el derecho a la autodeterminación nacional, y con la necesidad de lograr naciones más extensas y poderosas que faciliten el desarrollo de las fuerzas productivas. Aunque podemos llegar a aceptar la formación de estos nuevos miniestados nacionales como un fenómeno coyuntural y como un retroceso momentáneo del desarrollo de las fuerzas productivas y de la marcha de la revolución contra el poder burgués central, seguiríamos insistiendo en que hay que restablecer la unidad en un solo estado a través de la federación de repúblicas socialistas.

Nahuel MORENO, "Actualización del Programa de Transición", Ed. Antídoto, Bs. As., 1990