El territorio afgano se estremeció con la caída de toneladas de bombas y misiles disparados desde portaviones, submarinos y naves aéreas norteamericanas y británicas. Los estrategas militares del Cuadrágono yanqui anuncian un prolongado ataque con bombardeos masivos sobre este empobrecido país del Asia Central, sembrando más muertes y miserias.

Ante la guerra que ha desatado el imperialismo contra Afganistán, los socialistas revolucionarios no dudamos un instante en colocarnos del lado de la nación pobre hoy agredida, sin depositar un gramo de confianza ni apoyo político en el gobierno fundamentalista talibán, que llama a una "guerra santa" contra el imperialismo. Las guerras "religiosas" sólo pueden servir a las direcciones reaccionarias para la represión interna y, más temprano que tarde, para la negociación con el imperialismo en mejores términos. Sin embargo nuestra crítica a los métodos terroristas y a la dirección taliban no significa avalar en lo más mínimo la brutal guerra de Bush y Blair contra el pueblo afgano. A partir de los bombardeos genocidas, el centro es la lucha internacional por la expulsión y la derrota de las tropas imperialistas.

Llamamos a todos los trabajadores, a los estudiantes y el pueblo en general a movilizarse contra la guerra imperialista. Llamamos a los pueblos de los países imperialistas a movilizarse por el cese de las acciones militares y el regreso de las tropas invasoras. Llamamos al pueblo norteamericano y británico a comprender que Bush y Blair desatan esta nueva guerra de avasallamiento y colonización para imponer a los pueblos de Asia Central y el Medio Oriente cadenas más pesadas aún. LLamamos a los soldados y conscriptos a no servir de carne de cañón en esta carnicería.

Asimismo, llamamos a los pueblos de los países limítrofes con Afganistan a exigir que sus gobiernos no presten su territorio y espacio aéreo para el despliegue de naves y tropas imperialistas. Condenamos la complicidad del gobierno ruso de Putin con la agresión imperialista, y el servilismo o silencio cómplice de la mayoría de los gobiernos burgueses árabes e islámicos. Llamamos a todos los pueblos y países árabes y musulmanes a exigir la ruptura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y Gran Bretaña, declarar la moratoria unilateral de las deudas externas y congelar las cuentas bancarias de todas las empresas imperialistas asociadas con la agresión y la industria de guerra.

En especial llamamos a intensificar en todo el mundo el apoyo a la heroica Intifada palestina, e instamos a las masas árabes e islámicas a repudiar a sus gobiernos serviles, comprometidos con la agresión imperialista. Demandamos del gobierno chino y del gobierno de Irak, quien ya ha condenado la agresión yanki y británica, a que otorguen apoyo militar a la resistencia afgana.