La reunión entre el presidente del Gobierno español y el primer
ministro británico será la tercera de una serie de encuentros más o
menos informales que comenzó en abril de 1998 en Doñana y continuó un
año después en Chequers, en el Reino Unido.
Este tipo de reuniones ha permitido a Aznar y Blair poner en marcha
una serie de iniciativas conjuntas, especialmente en materia económica,
que han sido asumidas en la Unión Europea, lo que en su momento hizo
hablar de un eje Madrid-Londres como contraposición al eje
París-Berlín.
Desde el Gobierno español se ha puesto especial interés en desechar
esa idea porque mientras Aznar se entiende muy bien con Blair en asuntos
económicos o sociales, es consciente de que España no puede quedar
descolgada del motor que franceses y alemanes representan en la marcha
de la construcción europea.
Hoy, Blair y Aznar volverán a hablar de asuntos económicos y de sus
posiciones en la Conferencia Intergubernamental para la reforma de las
instituciones europeas. España y el Reino Unido comparten la necesidad
de una reponderación de votos en el Consejo Europeo para dar el peso que
les correspoden a los países grandes, aunque sus planteamientos en
materia de mayorías cualificads y cooperaciones reforzadas no son
exactamente los mismos.
CRISIS DEL SUBMARINO
En cualquier caso, el asunto que acaparará la atención de
los medios de comunicación será la crisis provocada por la presencia
desde hace cinco meses en la base de Gibraltar del submarino nuclear
británico «Tireless», debido a una avería.
Fuentes gubernamentales españolas señalaron que, aunque en la
conversación entre Aznar y Blair no se entrará en detalles técnicos, es
previsible que el jefe del Ejecutivo exponga a su colega británico la
necesidad de contar con una información precisa sobre lo qué esta
sucediendo y, sobre todo, que no se demore la solución más de lo
imprescindible.
Ayer mismo, el ministro de Defensa, Federico Trillo, reconoció en
Madrid que el Gobierno no conoce «la dimensión» de la avería, aunque
insistió en que «no hay ningún peligro de contaminación». Expertos
británicos que examinan el submarino se reunieron ayer con el Consejo de
Seguridad Nuclear español para hablar de la avería.
TÉCNICO ESPAÑOL
España desearía contar con un técnico español para constatar
sobre el terreno la naturaleza de la avería y las medidas de seguridad
que han sido adoptadas. El Reino Unido se resiste a esta idea, entre
otros motivos, porque teme una utilización posterior por España en el
contencioso sobre la soberanía, algo que el Gobierno español asegura que
no hará.
Londres no ha dado respuestas satisfactorias a una carta en la que
hace varias semanas el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué,
propuso a su colega británico, Robin Cook, la búsqueda de una fórmula
para que España pudiera tener algún control sobre las actividades en la
base naval de Gibraltar que pudieran afectar a la población española de
las proximidades.
El Reino Unido estudiaba ayer también la nueva carta remitida por
Piqué a Cook, en la que reflejaba el malestar español por la falta de
información sobre la avería y la tardanza en solucionarla.
Los británicos, a través de un portavoz del Ministerio de Defensa,
citado por Europa Press, consideraban ayer que dentro de una semana más
o menos se conocerían las carácterísticas exactas de la avería. Fuentes
diplomáticas del Reino Unido justificaron la lentitud en la reparación
en la necesidad de proceder a ella con la máxima seguridad. Además,
reconocieron que inicialmente se pensó que la avería consistía en una
fisura de dos milímetros en un conducto del circuito de refrigeración,
pero análisis posteriores determinaron que se trata de una fatiga del
material por lo que el tipo de reparación debe ser diferente.
Actualmente, se analizan las microfotografías tomadas tras sacar el
líquido del circuito de refrigeración.
Según las mismas fuentes, ninguno de los once submarinos del mismo
tipo que el «Tireless» retirados por el Reino Unido sufre el mismo
problema, La decisión de retirarlos ha sido tomada para examinar si
pueden verse igualmente afectados.
RECLAMACIÓN DE TRASLADO
Ayer, tanto el portavoz parlamenrtario del PSOE, Jesús
Caldera, como el presidente de la Junta de Andalucia, Manuel Chaves,
reclamaron al presidente del Gobierno que exija a las autoridades
británicas el traslado del submarino al Reino Unido.
No es previsible, de todos modos, que Aznar, aunque se muestre firme
ante Blair, vaya a plantearle en sus conversaciones la idea del
traslado. Las mencionadas fuentes británicas, por su parte, indicaron
también que es «muy poco probable» un anuncio de traslado por las
complicaciones que entrañaría el transporte de la nave.
Editorial